“La relación con el club sigue como en el primer momento: no hay relación”, lamentó la mamá de Facundo Gorga, el nene de 10 años que murió ahogado en una pileta del country del Jockey Club el pasado 2 de enero. Este viernes familiares y allegados se movilizaron este viernes a la sede social del club, en Maipú y peatonal Córdoba, en renovado reclamo de justicia. Por el trágico hecho están imputados la guardavidas que estaba en funciones en la tarde de aquel martes, y más recientemente la Justicia inculpó a uno de los encargados de mantenimiento: Facundo estuvo sumergido durante unos ocho minutos con un pie atrapado en el ducto de la bomba, que no tenía reja de protección en ese momento. Para la mujer lo que sucedió fue “fruto de una cadena de negligencias”, y se trató directamente de un “homicidio”.
“Siento todo el afecto de la gente que quería a mi hijo, y de la que no lo conocía pero empatizó con esta terrible desgracia, fruto de una negligencia atroz”, dijo la mamá de Facundo en la manifestación, en la que los presentes llevaban en manos carteles que decían “Justicia por Facu”.
María José Chena, recordó, consultada sobre el seguimiento del caso, que la guardavidas, cuyas iniciales son M. S. no declaró al ser imputada, a diferencia del jefe de mantenimiento, D. C. T. quien sí respondió a la fiscal de Mariela Oliva, de la Agencia de Siniestralidad Vial y Delitos Culposos, pero para desligarse. “Dijo que no tenía ningún tipo de responsabilidad sobre el sistema de filtrado, de bomba y de renovación de aguas”, refirió Chena. “Que él y la gente que trabajaba con él lo único que hacían era pintar la reja perimetral de la pileta y pintar el interior de la pileta antes de que empiece la temporada. Pero que no tenía ningún tipo de conocimiento de cómo funcionaba la bomba, cómo operaban los ductos, qué ducto era de entrada o de salida del agua. Sintió que no le correspondía a él ser imputado. Y lo manifestó”, amplió la mujer con un suspiro. La fiscal Oliva imputó al encargado por “homicidio culposo en consumado y en calidad de coautor”, poco más de una semana atrás.
Chena manifestó que “se está investigando” cómo es el sistema interno de asignación de responsabilidades y tareas en el country de Wilde y Eva Perón. Y que “obviamente hay responsables”.
—¿Se siente acompañada por las autoridades del club? -le preguntaron periodistas presentes en la manifestación, desplegada en arco hacia el edificio, sin cortar la calle.
—La verdad, no. Ninguna de las autoridades del club se hizo cargo jamás de lo que pasó.
La mujer insistió en que sólo regresó al club para el primer “abrazo” que se convocó el pasado 7 de junio en la pileta donde murió Facundo, donde un numeroso grupo de socios dejaron velas sobre un cartel que pedía justicia. Y que regresó una vez más para poner flores en el cartel y dejarlo extendido.
Chena volvió resaltar que “lo que pasó es inadmisible”. “Porque es inadmisible –repitió, compungida– la muerte de un niño que está jugando. La muerte por negligencia es inadmisible. Una muerte evitable es inadmisible, porque, aparte, evitarla era tan fácil y tan sencillo… Con poner una rejilla que uno compra en una ferretería esto se evitaba”.
E insistió: “Ninguna autoridad se hizo cargo. Miraron para otro lado”.
Pasadas las 13 de este viernes, y con el abrazo con cada vez más personas integrándose, dejaron grabadas con moldes y pintura amarilla en el piso el reclamo “Justicia X Facu”, enmarcado en una estrella.
