La empresa Mirgor, propiedad de la familia Caputo, despidió a 68 supervisores metalmecánicos de su planta en Río Grande, en la provincia de Tierra del Fuego. El conflicto se originó por un cambio en el convenio colectivo de trabajo.
Los despidos se producen en el marco de un conflicto que se remonta a más de un año atrás. La empresa buscaba cambiar el convenio colectivo de trabajo de los supervisores de autopartista a electrónica, lo que implicaba una reducción del 20% en sus salarios. Los trabajadores, nucleados en el gremio de los Supervisores (ASIMRA), se negaron a aceptar la medida.
Negociaciones y aprietes
Mirgor había intentado negociar con los trabajadores individualmente, logrando que algunos aceptaran el cambio de convenio. Sin embargo, ASIMRA mantuvo su postura de rechazo.
Despidos y conciliación obligatoria
Ante la negativa de los supervisores, la empresa decidió despedirlos. El Ministerio de Trabajo local intervino y dictó conciliación obligatoria, abriendo un período de 15 días para que las partes busquen una solución.
La preocupación y la incertidumbre por el futuro de los trabajadores es total. Los despidos generan preocupación por el futuro de los trabajadores y sus familias. ASIMRA se ha comprometido a defender los derechos de los afectados y buscará alternativas para revertir la situación.
Un caso que mancha la imagen de Mirgor
La decisión de Mirgor de despedir a los supervisores que se negaron a un recorte salarial ha generado un fuerte rechazo entre los trabajadores de la industria de la provincia 23. El caso mancha aún más la imagen de la empresa de la familia Caputo, que ya había sido cuestionada por ser una de las pocas que sobrevivió al recorte de beneficios fiscales en Tierra del Fuego.