La indignación suele atacar, pero no siempre del mismo modo. Una mujer haciendo topless en una playa pública es un escándalo mientras que una bailarina casi sin ropa simulando un acto sexual en la televisión abierta no. O, más cercano, el contribuyente de Rosario se indigna por el municipio tuvo que gastar 120 pesos por cada uno de los 5 mil metros cuadrados vandalizados con grafitis durante la marcha del Encuentro Nacional de Mujeres, pero parece no molestarle que por mes el mismo Estado pague 108 pesos por metro cuadrado para cubrir las pintadas de Newell´s Old Boys y Rosario Central. Los 108 pesos alcanzan sólo para tapar los semáforos, tachos de basura, luces y paradas de colectivo. No incluye lo que le cuesta a los frentistas. Tampoco cubren las pintadas después de un banderazo o un festejo de campeonato.
Cuestión de números
A días de que el municipio termine de reparar los daños al mobiliario urbano y fachadas de privados después del Encuentro Nacional de Mujeres, el director general de Higiene Urbana, Luciano Marelli confirmó a El Ciudadano que se gastaron unos 600 mil pesos en tareas de hidrolavado de grafitis y pintura en 5 mil metros cuadrados –320 fachadas– que fueron vandalizados durante la marcha que cerró el encuentro de octubre pasado y causó la indignación de los contribuyentes los días siguientes. Al Estado local le costó 120 pesos cada metro cuadrado público o de un privado que volvió a nuevo. El número solo no significa nada. Sí puede invitar a la reflexión si se piensa cuánto gasta el municipio en hacer lo mismo con las pintadas de los hinchas de Newell’s y Central. Sólo en dos meses el municipio destinó 70 mil pesos para cubrir 650 metros cuadrados del mobiliario urbano –semáforos, alumbrado público, por ejemplo– en los barrios donde están los dos estadios de fútbol de primera de la ciudad. Eso hace que, en promedio, 108 pesos por metro cuadrado salgan de las arcas municipales. Hace más de un año que la Secretaría de Control y Convivencia contrata a una cooperativa que hace estas tareas en distintas zonas de la ciudad, aunque el foco siempre está en los alrededores de las canchas. El contrato se renueva cada mes.
A nuevo
“Sólo resta por limpiar algunas persianas de comercios de calle San Luis. El resto de los daños fueron revertidos”, explicó Luciano Marelli, director de Higiene Urbana, repartición que fue llamada especialmente para el operativo de limpieza en las 40 cuadras por donde pasó la marcha de mujeres el 9 de octubre. Desde el día siguiente, el municipio limpió parques y dispuso un 0800 para que los vecinos afectados llamaran y buscaran asistencia para volver al estado original las 320 fachadas afectadas. Unas 20 fueron de edificios públicos, incluyendo el palacio municipal, el colegio Normal 1 y los Tribunales Provinciales, entre otros. “Armamos cuadrillas y coordinamos tareas de limpieza, de pintura y hidrolavado de dos tipos: uno de menor complejidad y otro con un servicio que trabaja a base de hidrato de carbono para superficies más complicadas”, explicó Marelli. También repusieron unos 20 contenedores de residuos que fueron vandalizados. Algunos privados avanzaron con la limpieza por su cuenta y otros trabajaron junto al municipio compartiendo costos.
Higiene Urbana no suele trabajar en el limpiado de fachadas de edificios públicos y mobiliario urbano sino en la recolección de residuos y el barrido de calles. En general, los casos de vandalismo de lo público caen en distintas reparticiones según qué afecte. “Si se trata de una columna lo toma la dirección de Alumbrado”, ejemplificó el funcionario.
Sin contar lo que ocurra en festejos futbolísticos y demás disputas por los colores que mandan en la ciudad, desde la Secretaría de Control y Convivencia aportaron que mantienen desde hace años un contrato que se renueva cada mes con una cooperativa de trabajo encargada de cubrir columnas de alumbrado o semáforos. El municipio destina unos 35 mil pesos por cada 325 metros que cubren. En diciembre pasado trabajaron en las cercanías del Parque Independencia y este mes en barrio Arroyito.
Ejemplos de responsabilidades compartidas
Otra de las consecuencias del paso de las hinchadas en la ciudad pueden afectar el servicio de colectivos. El coordinador de Seguridad en Competencias Deportivas de la provincia de Santa Fe, Diego Maio, explicó a este medio que realizan operativos de control de pasajeros para evitar que se dañen las unidades o generen desmanes camino a las canchas. “El costo del operativo corre por cuenta del club. No sale del Estado provincial”, aportó.