La semana pasada dos albañiles que trabajaban en el pasillo lindero a una vivienda de avenida Aristóbulo del Valle al 7700, en la ciudad de Santa Fe, recibieron la orden de remover un viejo contrapiso de hormigón. Luego de un rato de picar ladrillo llegó el momento de limpiar los escombros: entre la tierra y la arena poco a poco asomó un esqueleto humano, hallazgo que dejó estupefactos a los trabajadores y todavía permanece rodeado de misterio. La última novedad del caso, que quedó a cargo de la Fiscalía de Homicidios, es que los restos fueron enviados a la ciudad de Buenos Aires para que sean examinados por el Equipo Argentino de Antropología Forense, según detallaron fuentes judiciales del MPA.
El descubrimiento accidental ocurrió el jueves por la tarde, en barrio Guadalupe Oeste, en el pasillo de una vivienda de avenida Aristóbulo del Valle al 7700, casi en la esquina de calle Ayacucho. Fuentes judiciales indicaron que la dueña de la propiedad, una mujer jubilada, ordenó a dos albañiles una serie de refacciones para instalar un local comercial. Una de las tareas fue quitar una vieja capa de hormigón. Al momento de remover los escombros, apareció un esqueleto humano completo. Pronto la escena quedó vallada para que la Policía Científica realice el levantamiento del cuerpo y medidas de rigor.
Transcurridos cinco días hay aún hay más preguntas que respuestas. La fiscal de Homicidios Cristina Ferraro, a cargo de la investigación, decidió el traslado de los restos a los laboratorios del prestigioso equipo de Antropología Forense, una institución legalmente reconocida, no gubernamental y sin fines de lucro, que desde 1984 aplica la metodología y las técnicas de diferentes ramas de la ciencia en la investigación y documentación científica en diferentes partes del mundo.
Fuentes del caso señalaron que entre las tareas de los detectives está averiguar quién y cuándo se construyó ese contrapiso. De acuerdo con testimonios, la casa estuvo alquilada por última vez hace dos meses. Y –agregaron las fuentes– estos ocupantes aún no fueron ubicados. Además, a lo largo de los años, fueron numerosos los inquilinos que habitaron la propiedad, un verdadero desafío para los detectives, que por el momento revisan registros de pedidos de paradero aunque en una especie de nebulosa, puesto que no poseen año ni sexo en los cuales apuntalar la búsqueda.