El gobierno nacional avanza a paso firme en la creación de una empresa nacional de software con un modelo operativo similar al de Arsat e Invap. El objetivo principal, de corte estratégico, es tener una respuesta rápida y efectiva ante las soluciones que necesita el sector público para mejorar su funcionamiento.
La información fue confirmada por el secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk, y despertó la atención de pequeñas empresas por representar una oportunidad de contrataciones, según informo el portal Agencia de Noticias Solidarias (Ansol).
“La idea de conformar una empresa nacional de software es parte de distintas iniciativas que queremos desarrollar en los próximos meses”, había adelantado Sujarchuk en una entrevista concedida a la agencia Télam, en la que explicó que la idea surgió “a partir de uno de los mayores retos que afronta el sector: la retención del talento, porque son perfiles que tienen una altísima demanda (en el exterior)”.
Y agregó: “Al mismo tiempo, el Estado necesita y consume constantemente sistemas, pero también maneja información sensible”.
Sin embargo, en la afirmación que más despertó el interés entre los trabajadores del sector, el secretario de Economía del Conocimiento indicó que lo que se busca es “alcanzar los u$s9.000 millones en exportaciones en 2023” y por otro lado “beneficiar a la industria y particularmente a las pequeñas y medianas empresas del sector, porque se va a facilitar que estas pequeñas proveedoras de software y servicios informáticos puedan ser nucleadas y entrar en las grandes licitaciones para vender sus productos y servicios de una forma más regular, constante y eficiente”.
En la extensa entrivista, Sujarchuk remarcó contundente: “La Argentina es el segundo exportador de software y servicios informáticos en América latina y trigésimo en el ranking global, con Estados Unidos como principal destino. En materia de empleo, la Argentina es el país mejor rankeado de América latina en habilidades tech y ciencia de datos, con notables fortalezas en visualización y gestión de datos, programación, estadística e ingeniería de software”.
¿Qué nos falta?
“Diría que hacer más visibles algunos de los sectores que hacen parte de la economía del conocimiento que, por la complejidad de las temáticas que manejan, hay mucho desconocimiento, como en el caso de la nanotecnología y la biotecnología, además de abrir cada vez más mercados a nuestros productos y servicios, que manejan los más altos estándares internacionales», explicó Sujarchuk.
Y abundó: «Por eso estamos próximos a lanzar el certificado a empresas de economía del conocimiento, que permitirá reconocerlas y brindarles mayor visibilidad, tanto a nivel nacional como internacional, y promocionarlas y propiciar la consolidación de éstas a través de la participación en eventos, rondas de negocios, misiones comerciales, ferias y exposiciones nacionales e internacionales».
Hasta ahora se sabía que el sindicato Unión Informática apoya la iniciativa, ya que la consideran “necesaria” y pidieron la “participación de los trabajadores” del sector. Con todo, faltaba aún la mirada del sector asociativo dedicado al software, que crece en cada vez más en la Argentina.
En ese sentido, la agencia Ansol consultó a la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología Innovación y Conocimiento (Facttic), que nuclea a casi 100 entidades que se dedican a brindar soluciones informáticas a otras organizaciones, empresas o personas. La respuesta apuntó en dos direcciones económicas: “Es una buena noticia que se cree una empresa estatal. Pero el sector cooperativo necesita políticas específicas, que no serían la creación de una empresa pública, si bien creemos que es importante que el Estado consiga esas capacidades”, explicó el síndico de Facttic, Leandro Monk. Y advirtió: “Para que se haga realidad se va a requerir una ley sancionada por el Congreso nacional, y eso no va a ser una tarea fácil”.
Ansol produjo un informe donde se pudo conocer que en la actualidad las principales empresas proveedoras de servicios de software están radicadas en Haití, por lo que contratar y sostener esos costos se hace cada vez más difícil por la falta de dólares. Una empresa pública podría solucionar ese problema, ya que tendría otro convenio en pesos y con trabajadores propios.
Es allí donde entra el objetivo del ministro de Economía, Sergio Massa, quien planteó la meta de alcanzar los u$s9.000 millones en exportaciones en 2023 sólo en el campo del software. «Es decir, no sólo dejar de comprar en dólares, sino ser nuestro país el proveedor. Éste no debería ser el único criterio a tener en cuenta, pero la crisis del país lleva a tomar este tipo de decisiones apresuradas”, advirtió Monk.
Y agregó: “Esto lleva a que se pierdan oportunidades de potenciar procesos que son más largos, como sumar valor agregado a la industria nacional y poder competir con las exportaciones industriales. Que es un camino más largo pero lleva a la verdadera soberanía tecnológica”, argumentó el síndico de Facttic.
En este marco, Monk pone de manifiesto una mirada mucho más amplia: “Tratamos de cambiar la idea de que el trabajo en software y en el desarrollo tecnológico que surge con internet es una tarea individual que debe responder al modelo que imponen Google, Facebook, Microsoft y las grandes corporaciones que hoy tienen un poder enorme gracias al manejo de la información de los usuarios, que desconocen qué destino tienen sus datos personales”.
Y agrega: “Esa idea lleva necesariamente a la necesidad de agruparnos para dar una respuesta con tecnología local, porque entendemos que la soberanía tecnológica es fundamental para el destino de nuestra región. Elegimos organizar cooperativas porque justamente las tecnologías libres son tecnologías cooperativas”.
Lo que conoce hasta ahora es que la empresa estatal de software imitará el modelo operativo de Arsat (Empresa Argentina de Soluciones Satelitales SA, fundada en 2006) e Invap (Investigaciones Aplicadas SE, de la provincia de Río Negro), que tienen regímenes de trabajo diferentes a los del resto de los empleados públicos, con salarios más competitivos.
Además, podrá contratar por proyectos a los profesionales que sean necesarios e, incluso, contratar a otras empresas que hagan parte de las tareas que se plantean.