El sacerdote Juan Carlos Molina renunció a la titularidad de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) por motivos personales, al considerar que ya “había cumplido” el objetivo de su gestión. La renuncia de Molina se conoció ayer, al ser publicada en el Boletín Oficial, y luego fue confirmada por el jefe de Gabinete Aníbal Fernández.
La salida del sacerdote, a un año y medio de haber asumido el cargo, fue ratificada por el Poder Ejecutivo nacional a través del decreto 818/2015, que lleva la firma de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el jefe de Gabinete y el ministro del Interior Florencio Randazzo.
Ayer, Aníbal Fernández, en su habitual encuentro con periodistas, se refirió a la renuncia de Molina: “Estuvo conmigo ayer a la mañana (el martes), me hizo conocer su situación personal, dijo que creía que había cumplido su objetivo y que por motivos personales se apartaba. Y me dejó la renuncia, que luego fue aceptada por la presidenta”.
Molina había reemplazado como titular de la Sedronar a Salvador Julio Postiglioni, en diciembre de 2013. El sacerdote trabajó en El Impenetrable chaqueño a través de la fundación Valdocco y en la inclusión social educativa de medio millar de jóvenes, en su proceso de formación y de salida laboral en la localidad chaqueña de Comandante Frías.
El cura también tuvo una destacada labor en una misión humanitaria en Haití y se desempeñó como director de una escuela rural en Santa Cruz durante la gobernación de Néstor Kirchner en esa provincia.
Al asumir al frente de la Sedronar, en diciembre de 2013, la secretaría se encontraba en pleno reordenamiento de su esquema de gestión con el objetivo de cambiar la óptica de la lucha contra las drogas.
Durante el tiempo que el sacerdote condujo la Sedronar, su tarea se concentró en la prevención y la recuperación de adictos, mientras que la persecución y captura de narcotraficantes quedó exclusivamente en manos del Ministerio de Seguridad que conduce María Cecilia Rodríguez.
En su gestión, Molina se inclinó por no criminalizar el consumo personal de drogas. Días antes de su alejamiento, el cura había destacado su desempeño en la secretaría.