Ramón “Monchi” Machuca, uno de los líderes de Los Monos que está condenado por a 36 años y medio de prisión por asociación ilícita e instigar dos homicidios, denunció a los responsables del Servicio Penitenciario por no hacer lugar un pedido del juez Juan José Alarcón para que su grupo familiar lo visite dentro del pabellón donde está preso por cuestiones de seguridad.
Monchi había presentado un escrito a través de su abogado defensor Carlos Edwards para instar al Servicio Penitenciario a que apruebe las visitas de sus familiares en el pabellón donde está alojado en la Unidad Penal 11 de Piñero. Edwards explicó que esta medida es para el resguardo de la integridad física de los familiares y está habilitada desde abril pasado por la justicia. Además en la presentación, Monchi, quien no tiene contacto con sus allegados desde el año pasado, pidió que se le posibilite asistencia espiritual y psicológica, agregó el penalista.
En la solicitud presentada ante la Oficina de Gestión Judicial (OGJ), la defensa remarcó que la negativa del Servicio Penitenciario sobre las visitas de los familiares de Monchi incumple la decisión del juez Juan José Alarcón dictada el 16 de abril pasado donde requirió a la autoridad penitenciaria que “dentro de las posibilidades y atendiendo a las estrictas medidas de seguridad, permita al peticionante –por Machuca–, recibir, al menos una vez al mes, las visitas solicitadas en el pabellón, fundado en el resguardo a la integridad física de la familia del mismo”, según expresó el defensor en el escrito, en el cual agregó que dicha “resolución hasta la fecha ha sido totalmente incumplida por el Servicio Penitenciario a pesar de los reiterados escritos presentados ante esa Oficina de Gestión para su cumplimiento”.
Edwards explicó que este pedido se basó en el riesgo de un atentado que y tienen los familiares de Monchi si deberían presentarse en el salón de usos múltiples y remarcó que su cliente hace desde el año pasado que no tiene contacto con sus allegados.
Además en la solicitud, el defensor también intimó al Servicio Penitenciario para que habilite la asistencia espiritual a través de un pastor y que reciba asistencia psicológica como lo solicitó su defendido a principios de junio pasado ante la autoridad carcelaria y nunca tuvo una respuesta.