Ramón Ezequiel Machuca, alias Monchi, dejará la celda de aislamiento en la que se encuentra y pasará a convivir en un pabellón común de la cárcel de Coronda. Así lo resolvió el camarista Carlos Carbone, que revocó la decisión de la jueza Alejandra Rodenas en el marco de un hábeas corpus presentado por la defensa de Machuca por las condiciones de detención de su cliente. Esta fue la segunda cautelar a su favor, aunque en primera instancia ambas fueron desechadas. El eje del planteo fue el aislamiento al que fue sometido Machuca desde su detención sin que medie una sanción disciplinaria. El magistrado entendió esta situación como un agravamiento de las condiciones de detención.
Por su parte, el secretario de Asuntos Penitenciarios de la provincia hizo referencia a los inconvenientes que enfrentan con las marchas y contramarchas de los magistrados en sus decisiones judiciales respecto del alojamiento de detenidos. Aceptó que el régimen de aislamiento es discutible, aunque sostuvo que no es una cuestión puntual con Machuca sino que se aplican restricciones a todos los internos de “alto perfil”; explicó que no se trata de un capricho sino de medidas que buscan evitar situaciones más gravosas. Ante ello, Carbone habló de una “impotencia prevencional” del Servicio Penitenciario y detalló que en los últimos 10 años el mapa delictivo de la provincia cambió sensiblemente y el Servicio Penitenciario, como brazo del gobierno, no se hizo cargo. Y le aconsejó requerir una mesa de diálogo con la Cámara Penal. Finalmente, el vocal dispuso, a pedido del fiscal de Cámaras Guillermo Camporini, una remisión de copias a la fiscalía de Coronda para que se investiguen las supuestas irregularidades denunciadas por Machuca en la Unidad Penitenciaria de Coronda.
Ramón Machuca se encuentra detenido desde principios de junio, cuando fue capturado en la provincia de Buenos Aires después de casi 3 años prófugo. El 8 de junio fue imputado en tres causas –una por asociación ilícita y otras dos investigaciones por homicidios– y permaneció un día en un pabellón común en la cárcel de Piñero donde se encontró con su padrastro, lo que generó un revuelo y una mala interpretación de un oficio remitido por la jueza Alejandra Rodenas al Servicio Penitenciario que tenía una redacción al menos enredada. A partir de allí, Machuca estuvo en celda de aislamiento, primero en Piñero y luego fue derivado a Coronda donde se encuentra actualmente. Por este hecho sus defensores Fausto Yrure y Carlos Edwards presentaron dos hábeas corpus los días 10 y 15 de junio que fueron rechazados por Rodenas. Los defensores afirmaron que está en una celda reducida sin luz natural ni ventilación donde no tiene contacto con nadie, no tiene inodoro, ni agua caliente. Tampoco recibe visitas ni le permiten hablar por teléfono. Los defensores hicieron hincapié en el aislamiento que padece en esas condiciones y afirmaron que el resguardo se aplica cuando existe una sanción ante un incumplimiento del interno o cuando el mismo lo pide. En este caso, ninguna de las dos circunstancias se suscitaron y solicitaron la revocación de la decisión y su paso a un pabellón común.
Resguardo
Por su parte, el fiscal de Cámaras Guillermo Camporini refirió que el protocolo de resguardo, al que hizo alusión la defensa, no rige en el norte provincial ya que hubo presentaciones segmentadas del mismo y no se hizo lugar en Santa Fe. A lo que sumó que existe una constancia donde Machuca da su consentimiento para el resguardo. Si bien la causa en la que está involucrado tiene una complejidad particular –40 procesados, 15 condenados en juicio abreviado– y el Servicio Penitenciario se encuentra ante una situación excepcional, ello no lo habilita a vulnerar garantías, refirió, y detalló que no puede tenérselo aislado en forma definitiva.
Los dichos de Machuca
“Quiero contar el calvario que vivo”, dijo. Me encuentro en una pieza de un metro y medio por dos y medio con un agujero en el piso. Estaba llena de sangre y cuando me sacaron a hablar con la psicóloga, la pintaron de blanco pero debajo del colchón siguen las manchas de sangre, afirmó. Monchi sostuvo que le pintaron toda la ropa, que durmió 20 días en tres cuartos de colchón y en los primeros días tenía sólo dos calzoncillos, uno de los cuales se lo agujerearon cuando hicieron una jaula fuera de la ventana donde lo colgaba y lo quemaron con la soldadura. Afirmó que obtener agua caliente depende de la buena voluntad del celador y agregó que la mayoría de los internos que están en el lugar comen con la mano, a excepción de dos o tres que recibieron hace unos días cubiertos plásticos. Machuca sostuvo que recientemente uno de los internos se suicidó.
Monchi Cantero aclaró que podría reclamar sólo por él, pero son doce en esa situación y sería egoísta de su parte. Contó su experiencia de salir a un pequeño patio que no tiene luz natural y que a otros internos ni siquiera los sacan, y se quejó de la segunda visita que tuvo de su familia, en la cual los dejaron parados por dos horas. “Me da a pensar que es un vuelto por todo lo que he dicho”, afirmó. Aclaró que no tiene temor de salir del aislamiento, pidió ir al pabellón 8 donde dijo que será bien recibido y le dijo a Camporini: “No me presenté porque no tenía garantías. También sé que le mojé un poco la oreja a la Justicia pero sabe que digo las cosas como son”. Y subrayó: “Yo tomé una decisión drástica, si me vuelven ahí me ahorco”, refirió.
El Servicio Penitenciario
“Aceptamos que el régimen de aislamiento es discutible desde varios puntos de vista”, detalló Cococcioni en la audiencia, y explicó que la Defensa Pública presentó un hábeas corpus por internos en aislamiento en las distintas circunscripciones de la provincia, lo que generó que en Rosario se aprobara y en Santa Fe no, por lo que no es aplicable el protocolo del sur al norte provincial.
Refirió que estas medidas no se tomaron exclusivamente porque sea Machuca, sino a la totalidad de los internos denominados por diferentes motivos “de alto perfil”, y a modo de ejemplo nombro a Guille Cantero, a su padre el Ariel, a Milton Damario y a Luis pollo Bassi; agregó que no pueden dejar de lado quiénes son y de qué se los sindica.
Luego, le dedicó un párrafo al Poder Judicial; sostuvo que en Piñero había un sector de máxima seguridad aunque surgieron distintas órdenes judiciales que ordenaron mover a los internos de allí, por lo que quedó en desuso y fue desmantelado. Respecto de Machuca agregó que hubo una orden de Rodenas que luego salió en medios nacionales diciendo que Coccocioni decidía sobre el lugar de detención: “Se da una orden y después se modifica”, afirmó.
El funcionario sostuvo que estos movimientos a pabellones comunes implican un incremento de la seguridad en estos lugares, lo que perjudica a otros presos. Y aclaró que es mentira que Machuca estuvo incomunicado y que no tenía contactos con familiares. “Tiene una visita diferente para que no se crucen con familiares del resto de los internos”, concluyó.
Finalmente, Carbone sostuvo: “Tengo una perplejidad, hay un protocolo que rige en media provincia y es esquizofrénico. Creo que todos estamos de acuerdo que en los últimos 10 años el mapa delictivo de la provincia cambió sensiblemente. Estamos de homicidio tras homicidio que dicen algo más de lo que vemos y el Servicio Penitenciario, como brazo del gobierno, no se hizo cargo de esto”, y detalló que le parece que esta situación lo agarró desprevenido y le sugirió que se acerque a las Cámaras de Apelaciones para una mesa de diálogo.
Sostuvo que el protocolo de actuación está para mejorar y si en el norte de la provincia no hay, hay que tratarlo bajo la órbita de los derechos humanos. El aislamiento no se puede justificar, máxime cuando es para resguardo por la íntima convicción de la posibilidad de una fuga. Citó la decisión de una Cámara de Casación porteña sobre el sindicado narcotraficante “Mi Sangre” que detalló que aun cuando medien motivos de seguridad el interno debe contar con los mismo derechos que otros, por lo que revocó la decisión apelada e hizo lugar al pedido defensista. Ordenó el cese del aislamiento y aclaró que debe gozar de los mismos derechos que tienen los demás internos, a lo que no hubo oposición de Cococcioni para derivarlo al pabellón 8º. Finalmente, ordenó la remisión del CD de la audiencia a la fiscalía de Coronda para una posible investigación sobre los dichos vertidos por Machuca sobre las condiciones de detención en el penal.