Uno de los líderes de la banda Los Monos, Ariel Máximo «Guille» Cantero, quedó al borde de otro juicio oral en el fuero federal luego de que la Sala B de la Cámara Federal de Apelaciones confirmara el procesamiento en el que está acusado de organizar un secuestro extorsivo desde la cárcel y que por error tuvo como víctima al hijo de un carnicero al que le pidieron «dos kilos de asado» de rescate. A su vez, los camaristas confirmaron la falta de mérito dictada para Nahuel “Chino” Fernández, de 26 años, quien se encuentra desaparecido desde hace tres meses y por el que el gobierno provincial ofreció 800 mil pesos de recompensa para quien brinde información por su paradero. La semana próxima se conocerá la sentencia en el juicio Los Patrones, causa Guille está acusado como uno de los líderes de una organización que se dedica al acopio, tráfico y venta de estupefacientes.
Por unanimidad, la Sala B de la Cámara Federal de Rosario, integrada por la jueza Elida Vidal junto con los magistrados Edgardo Bello y Fernando Barbará, confirmaron el procesamiento de Cantero. Y, con una disidencia de Bello, los vocales también confirmaron la falta de mérito a Chino, a quien le hallaron un arsenal en su vivienda, pero, según el criterio de los camaristas, la pesquisa no pudo confirmar si le pertenecía a él o a su hermano Ezequiel “Parásito” Fernández.
Parásito estuvo prófugo hasta el 16 de abril pasado cuando fue acribillado a tiros junto a su otro hermano conocido como Grasita en abril pasado en el triple crimen de Granadero Baigorria.
El secuestro con fines extorsivos que investigó el ex titular de la Fiscalía Federal 3, Federico Reynares Solari, se produjo el 9 de septiembre del año pasado alrededor de las 19.30. Esa tarde, dos personas armadas abordaron a F. R., de 28, de la esquina de bulevar Seguí y Espinillo, en la zona sur, cuando tomaba algo con amigos y lo obligaron a subirse a un auto. Le pusieron una capucha y lo llevaron a un galpón, según las escuchas de la causa y el testimonio de la víctima.
No pasó mucho tiempo hasta que los captores advirtieron el error: el secuestrado no era a quien buscaban, porque el que tenían delante de ellos carecía de un lunar en la cara. «Es otro, nada que ver este, amigo», le dijo a las 19.53 de ese día Parásito a su interlocutor telefónico, que según la investigación era Guille, quien por entonces cumplía prisión preventiva en la cárcel santafesina de Coronda.
«Ante ello, Guille le preguntó si tenían la fotografía de la persona que querían secuestrar, a lo que Parásito le respondió que sí, que era parecido, pero que su documento de identidad acusaba otro nombre», dice la resolución.
De las escuchas se desprende que Cantero respondió: «Uh, y bueno, llevátelo igual, llevátelo igual, esperamos un rato a ver qué dice».
Luego, Cantero le preguntó a Fernández el nombre de la víctima, a lo que ésta respondió «R. F.», y agregó que había dicho que trabajaba en una metalúrgica, que jugaba a la pelota y que su padre era carnicero, «y concluyeron que se habían confundido de persona», señala el fallo de la Cámara.
En ese momento, el interlocutor al otro lado del teléfono, a quien los pesquisas identifican como Guille, le ordenó a Parásito que le dijera a R. que le pidiera a su padre les «pasara un par de kilos de asado». La víctima fue liberada esa noche en bulevar Seguí y avenida de Circunvalación.
El 8 de septiembre, la jornada anterior al secuestro, los investigadores interceptaron las conversaciones entre Guille y Parásito en las que hablan de obtener «un par de gambas largas» y de pedir como rescate «por lo menos tres palos, para que vayan bajando…».
Incluso, preveían que el familiar de la persona a la que pretendían secuestrar iba a ponerse duro en la negociación. “Olvidate que va a llorar, va a decir no tengo, que esto… de última… yo pago pero, firmame esto, esto y sabés vos», registraron las escuchas.
En su escrito de apelación a la resolución del magistrado Carlos Vera Barros del Juzgado Federal 3, los abogados Carlos Edwards y Fausto Yrure en representación de Guille indicaron que «no se han configurado los requisitos típicos del secuestro extorsivo, ya que se evidencia la privación de la libertad de la víctima, pero que en ningún momento surge acreditado por ningún medio probatorio la pretensión de sacar rescate».
Sin embargo, los jueces de cámara resolvieron que para configurar el delito basta la intención de reclamar el rescate, y que la obtención de éste sólo modifica la escala de la pena por el secuestro.
Las causas de Guille
Guille considerado junto a su hermano Ramón “Monchi Cantero” Machuca se considerados los jefes de la banda Los Monos que tiene su base en La Granada. El 9 de abril pasado, la justicia provincial los condenó a Guille a 22 años por homicidio y como organizador de una asociación ilícita destinada a cometer múltiples delitos mientras que a Monchi le impusieron una pena a 37 años.
Además, en octubre pasado Guille fue imputado como instigador de siete balaceras a domicilios de magistrados y edificios judiciales, que habría ordenado desde la cárcel, al igual que el fallido secuestro.
Por su parte, la próxima semana se conocerá la sentencia en el juicio oral que se lleva adelante en los Tribunales Federales donde está acusado de conducir junto a Jorge “Ema” Chamorro desde el penal de Piñero y a través de sus parejas una organización dedicada a la venta y tráfico de estupefacientes.
Triple crimen en Baigorria
El pasado 16 de abril, tres hombres fueron acribillados con más de 30 balazos en Granadero Baigorria. Gerardo “Abuelo” Abregú iba al volante de un Chevrolet Corsa que apenas estacionó fue acribillado, antes que baje del auto. Lo acompañaba José Horacio Fernández, alias Grasita de 33 años, y su hermano Parásito, quien tenía una captura por el fallido secuestro extorsivo. Los tres murieron en el acto. El caso quedó a cargo del fiscal provincial, Florentino Malaponte. En la causa no hay detenidos.