Por Andrea Delfino/ Télam
El monotributo tecnológico cuya creación ingresó en el temario del período de sesiones extraordinarias del Congreso nacional es visto como una herramienta para ayudar a la retención del talento capacitado y formado en Argentina en materia de software y tecnologías asociadas, aún cuando su efecto inmediato será el de formalizar ingresos en divisa extranjera por servicios exportados.
La retención en la Argentina de los recursos humanos capacitados especialmente en materia de desarrollo de software es una de las preocupaciones más relevantes del sector, ya que la demanda de profesionales para esta actividad es global.
Desde el Gobierno nacional impulsan la creación de un monotributo tecnológico para “las y los profesionales que facturan sus servicios basados en el conocimiento” y para quienes “participen en competencias de e-sports (nivel profesional)”.
Un sector del empresariado considera que la medida no ayudará a retener talentos y remarcan por el contrario que las empresas extranjeras contratan a los “senior”, es decir personal con experiencia, y deja a la industria nacional sin “lideres” que conduzcan los equipos integrados por los “junior”.
Otros valoran la incorporación del monotributo tecnológico para asegurar que los profesionales sigan viviendo en la Argentina, aún cuando trabajen para empresas del exterior y su experiencia sea pagadera en dólares.
También hay un sector del empresariado que, como Marcelo Di Gennaro de Calipso (Grupo Visma) considera que para retener talento ante las “empresas que contratan de afuera y van a pagar en moneda extranjera, tenés que lograr que valores de tu cultura hagan que la persona se sienta identificada”.
En ese sentido señaló que Calipso, que fue comprada por Visma el año pasado, mantiene en su equipo personas con hasta 15 años de antigüedad, porque están “comprometidas” con el desarrollo del producto.
“La gente que trabaja con nosotros se siente cómoda y termina referenciando gente conocida para trabajar”, agregó en diálogo con Télam.
Por su parte Gustavo Guaragna de Snoop Consulting, cuestionó el incentivo para la exportación de servicios de profesionales, “que dejan un empleo en relación de dependencia por un contrato en el extranjero, que quizás le paguen en cripto y en varios casos no les cumplen. Pero no tienen a quien ni dónde quejarse”.
Desde el ámbito sindical el secretario general de la Asociación Gremial de Computación (AGC), Ezequiel Tosco, señaló que “si bien nosotros creemos que es más virtuoso para toda la economía que las empresas exporten y tengan a sus trabajadores en relación de dependencia, es necesario que ese flujo de ingresos que se va al exterior por la vía del freelance quede registrado y no se vaya a la economía informal”.
“En ese sentido nos parece correcto buscar maneras de que los trabajadores no se encuentren en la informalidad y que el Estado no pierda divisas”, remarcó.
Dijo también que “esperamos que los profesionales que exportan sus servicios cumplan con sus obligaciones así como esperamos que los empresarios cumplan con las suyas, que hoy están muy lejos de cumplirlas, como por ejemplo el Convenio Colectivo de Trabajo, que al día de hoy, y a pesar de la inmensa cantidad de recursos que reciben, se niegan a cumplir”.
Por su parte, Ignacio Lonzieme de Unión Informática remarcó en diálogo con Télam que los “nuevos importes” previstos en el proyecto mejoran la herramienta, aunque insistió en que no hay mucha “expectativa” en el sentido de que el monotributo tecnológico “haga crecer efectivamente al sector” y apuntó que “si termina siendo muy engorroso administrativamente, muchos van a terminar no haciéndolo y recurriendo a las metodologías que van por fuera de la formalización”.
La estimación en el sector es que alrededor del 10% de los trabajadores del ambiente informático perciben sus haberes en el exterior, por lo que para Lonzieme “habría que crear un sistema de registro porque hay muchos que quieren liquidar acá, que les gustaría hacerlo por derecha” y a su vez “establecer un esquema de fomento de creación de empresas”.
Según indicaron desde la secretaría de Economía del conocimiento, entre los efectos de la aplicación del monotributo figuran evitar la informalidad de los trabajadores que desarrollan tareas para el exterior, así como aumentar la recaudación de divisas por servicios de exportación no registrados.
La medida incluye el beneficio cambiario de no liquidar las divisas y “favorece a las y los pequeños exportadores de Servicios Basados en el Conocimiento/e-gamers (sean autónomos o pequeños grupos)”, indicaron desde la Secretaría de Economía del Conocimiento.
El proyecto del nuevo esquema tributario propone 3 categorías de ingresos anuales: hasta US$10.000, hasta U$S20.000 y hasta U$S30.000
“Según cada categoría -que se establece de acuerdo al tope de ingresos y el monto integrado correspondiente a cada una de ellas que se abonará incluye, impuesto a las ganancias, obra social y aportes jubilatorios- y el monto a abonar se corresponde con las categorías establecidas en el Régimen D, F y H”, precisaron.
El proyecto considera que el monotributo es “compatible con el régimen General (que es el inscripto en IVA, Ganancias y Autónomos), con el régimen Simplificado (monotributo) y Empleados y empleadas en relación de dependencia, siempre que la inscripción sea por desarrollar una actividad diferente a la que alcanza el Mono-Tech”.
Señalaron que “las y los monotributistas, además del importe que deban abonar por su categoría, deberán pagar por Mono-Tech el componente impositivo que le corresponden a las categorías más altas del Monotributo, si están categorizados en I, J y K deberán pagar el monto de impuesto integrado correspondiente a cada una de esas categorías”.
Comentarios