No hay caso: Central no consigue enderezar el rumbo en la Superliga. Sumó la tercera derrota consecutiva en casa y si bien Paolo Montero preservó muchos titulares, Atlético Tucumán hizo casi lo mismo.
Casi último en la tabla, con 4 puntos sobre 24, el Canalla vive un presente en el torneo local que difiere completamente de su actualidad en Copa Argentina, donde el próximo viernes jugará una de las semifinales en Formosa. Y justamente lo hará ante el rival de ayer, el Decano tucumano.
Por allí puede entenderse la dualidad discursiva de Montero, que por un lado reconoce su estado de “amargura” por ver a su Central en la parte baja de la tabla. Y, a la vez, habla de que el equipo está a “dos partidos de conseguir algo muy importante”.
Al menos, Montero se hizo cargo del momento: “El responsable soy yo; estoy bien, pero amargado por el resultado”. Y planteó como en situaciones anteriores: “El partido del viernes es una final para nosotros, como lo fueron los anteriores de Copa Argentina”.
Luego a la hora de analizar la nueva derrota sufrida en el Gigante, el DT explicó: “Creo que el equipo hizo un buen planteo durante el primer tiempo; pero en el segundo, cuando nos convierten el gol, entramos en un nerviosismo que nos terminó afectando”.
Y de inmediato contó que una de las cuestiones que lo dejó más preocupado y reconoció como un error propio que, tras el gol de los tucumanos “tuvimos mucho tiempo para poder revertirlo, pero entramos en un nerviosismo que hizo que equivocáramos los caminos”.
“Tenemos un déficit muy grande en la Superliga, se nos está haciendo difícil en casa y entramos en el nerviosismo de la gente por razones lógicas”, añadió.