El economista Mario Monti fue encargado ayer en tiempo récord por el presidente de Italia de formar un nuevo gobierno que ataje la crisis que dejó al país al borde de la quiebra, e instó inmediatamente a los italianos a hacer “un esfuerzo colectivo” para rescatar su economía.
Monti reemplaza al multimillonario político Silvio Berlusconi, quien presentó su dimisión el sábado entre abucheos y gritos de júbilo de centenares de italianos que salieron a las calles para festejar su salida.
En sus primeras declaraciones a la prensa tras su designación oficial por parte del presidente de la República, Giorgio Napolitano, Monti, ex comisario europeo, de 68 años, reconoció que Italia “debe vencer el desafío del rescate”.
“Italia debe volver a sanear su economía y emprender de nuevo el camino del crecimiento teniendo en cuenta la equidad social. Es algo que debemos a nuestros hijos, a quienes tenemos que dar un futuro concreto digno y con esperanzas”, dijo.
La Unión Europea recibió positivamente la designación del Monti y la calificó de “una nueva señal” de la determinación de las autoridades italianas para superar la actual crisis.
“Italia debe convertirse ante todo en un elemento de fuerza y no de debilidad de la Unión Europea, porque nosotros contribuimos a fundarla y debemos ser protagonistas”, aseguró Monti.
La designación del economista, que durante diez años fue comisario europeo, conocido por su rigor, deberá poner fin a la fase de inestabilidad financiera y aliviar el acoso de los mercados que la semana pasada dejaron a Italia al borde del naufragio.
Monti, un hombre pragmático, deberá completar en pocos días la lista de ministros, probablemente tecnócratas, para obtener el apoyo del Parlamento e impulsar las medidas acordadas con la Unión Europea para recortar la colosal deuda pública y relanzar una economía estancada desde hace una década.
La emisión hoy de títulos del Estado para el pago de la deuda será un primer test para evaluar la reacción de los mercados y evitar una nueva jornada negra en la Bolsa.
Napolitano, un veterano político de 86 años que fue dirigente del otrora Partido Comunista Italiano, concluyó en el plazo récord de un día la ronda de consultas con las fuerzas políticas.
Berlusconi que “reivindicó con orgullo” ayer todo lo que hizo durante los últimos tres años y medio de gobierno, apoyó en una declaración televisiva la formación de un gobierno “tecnocrático” y prometió que seguirá en la política para contribuir a la “renovación” de las instituciones italianas.
“No me rindo hasta que no haya renovado la arquitectura del Estado”, aseguró, descartando su retiro tras la humillante despedida del sábado, que admitió le suscitó “dolor y tristeza”.
Las mayores fuerzas políticas dieron su consenso a la formación del gobierno, entre ellos el Partido Democrático (PD, izquierda), entre los últimos consultados.
“Estamos a favor de un gobierno completamente nuevo, con un carácter técnico, que saque a Italia de la emergencia”, anunció Pierluigi Bersani, secretario general de la mayor formación de izquierda.
“Hemos dado el consenso a la designación a Monti”, declaró por su parte Angelino Alfano, secretario del Pueblo de la Libertad (PDL), el partido fundado por Berlusconi, quien puso condiciones al apoyo.
“Los compromisos adquiridos por Berlusconi con Europa para salir de la crisis deberán ser la base del programa de gobierno”, exigió el dirigente.
La misión de Monti, que deberá capear la delicada crisis de confianza que sacude a Italia debido a su colosal deuda pública de 1,9 billón de euros (120 por ciento del PIB) y su crecimiento casi nulo, no será fácil.
“El camino será abrupto; no podrá cometer errores”, advirtió en un editorial el influyente diario Il Corriere della Sera.
Si bien la formación del nuevo gobierno goza del respaldo de la comunidad internacional, entre ellos del presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama y de Francia, Nicolas Sarkozy, no todos en Italia apoyan su designación.
Para muchos observadores la oposición abierta de la populista y xenófoba Liga Norte y de los sectores sociales que serán afectados por el plan de ajuste, pesará.