La concentración de partículas tóxicas era superior a cinco veces los niveles de alerta, según el observatorio local de la calidad del aire, y la capa de humo era tan densa que no se veían las cúpulas doradas de las iglesias y los techos del Kremlin.
El ministerio ruso de Situaciones de Emergencia advirtió que los incendios forestales causantes del humo continuaban a extenderse en la parte oriental del país, al tiempo que los meteorólogos señalaban que la peor ola de calor vivida por Rusia en décadas durará varios días más.
Los incendios han generado preocupación por la seguridad de la central de investigación nuclear más importante del país, en la ciudad de Sarov, ubicada en una de las zonas más golpeadas por los incendios y a la que fueron enviados miles de socorristas.
«La situación es verdaderamente extrema. Las personas se encuentran en circunstancias en las que no deberían vivir», señaló el doctor Ivan Yurlov, de la Liga para la Salud de la Nación, al diario Kommersant.
Los incendios forestales no daban señales de aplacarse y el fuego consumía un área de unas 193,500 hectáreas en todo el país.
En las últimas 24 horas 290 nuevos incendios fueron registrados, más de los 244 que fueron extinguidos durante ese mismo período, según el ministerio de Situaciones de Emergencia.