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Motociclista bajó, llamó a la puerta de una casa de Necochea al 2600 y mató a la mujer que atendió

Fue poco antes del mediodía de este jueves. Primeros testimonios mencionan a un agresor. Apuntó contra la víctima, que tenía 32 años y estaba con dos pequeños sobrinos a su cargo, y le acertó tres disparos. En la casa funciona una granja de barrio que atiende por la ventana

Una mujer de 32 años fue asesinada este jueves pasadas las 11 por un motociclista que llegó a Necochea al 2600, golpeó la puerta de su casa y apenas abrió, le disparó tres veces. Dos sobrinos que estaban con ella y corrieron para pedir auxilio a los vecinos pero los tres impactos fueron letales.

De acuerdo con voceros policiales y judiciales, el crimen se cometió pasadas las 11 de este jueves y los primeros testimonios dieron cuenta que el atacante llegó en una moto de 110 centímetros cúbicos. El tirador tenía casco, se bajó, golpeó a la puerta y apenas abrió la mujer, identificada como Mayra Gabriela Bustos, le disparó. Al menos dos balazos, de acuerdo a fuentes oficiales, impactaron en el abdomen y uno en el tórax de la víctima, quien se desvaneció mientras que el homicida huyó en la misma moto que había llegado.

La fiscal que quedó a cargo de la investigación, Gisela Paolicelli, agregó que en el momento del ataque la mujer estaba con dos menores, que eran sobrinos a su cargo. Vecinos señalaron que los niños salieron de inmediato a la calle para pedir ayuda. La vivienda está sobre un pasaje paralelo a las vías del ferrocarril, a la altura de Necochea al 2600, especificaron las fuentes del caso.

El personal de la Brigada de Homicidios y del Gabinete de Criminalística trabajaron en la escena de donde recolectaron tres vainas servidas calibre 9 milímetros y también relevaron la zona en busca de cámaras de seguridad tanto públicas como privadas para intentar dar con el homicida.

Paolicelli confirmó que una hermana de la víctima, Tamara y madre de los pequeños que estaban con Mayra, había sido asesinada en 2016.

Dos niños entre el dolor del asesinato de su madre y la foto para siempre de la ejecución de su tía

“Nosotros estamos todos encerrados, escuchamos tiros, nada más. Yo no vi nada. La chica tiene una granjita, no molestaba a nadie», alcanzó a relatar una vecina ante medios de comunicación sobre el negocio informal, con algunos carteles, que la víctima había lograron abrir y atendía desde una ventana.

 

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