Un mecánico, de 29 años e hijo de un ex policía, fue condenado por matar a un hombre con su moto cuando en marzo de 2016 intentó evadir un control policial. Se fugó pero a las cuadras perdió el control de su moto, terminó sobre la vereda y embistió a dos personas que caminaban por el lugar. Una de ellas falleció poco después. Este hombre ya contaba con una condena por asociación ilícita y este miércoles fue condenado tras un juicio oral a tres años y medio de cárcel por homicidio culposo. Esta sanción se unificó con la anterior por lo que deberá purgar cinco años de prisión. La condena fue dictada por la jueza Patricia Bilotta.
El 22 de marzo de 2016, pasadas las 19 el acusado, identificado como Román Pablo Bustos, de 29 años, circulaba en moto y al llegar a la intersección de Olavarría y Génova, en barrio Empalme Graneros, se cruzó con uniformados en patrullero, los cuales le dieron la voz de alto. Según la acusación, Bustos no llevaba casco, la moto no tenía patente como tampoco tenía las luces encendidas. Lejos de estacionar, Bustos se fue a gran velocidad sin acatar la orden, según detalló en la acusación la fiscal Valeria Piazza Iglesias.
Bustos aceleró por Génova hasta avenida Provincias Unidas donde dobló hacia el sur y logró perder de vista al móvil que lo perseguía. Pero a la altura Juan José Paso apareció otro patrullero por lo que siguió hasta calle Bielsa y dobló por Provincias Unidas para cambiar de carril. El conductor del móvil policial intentó cerrarle el paso y Bustos se subió a la vereda. Fue en esa maniobra que atropelló a dos peatones: Elsa P. logró recuperarse pero Manuel Rosas murió casi un mes después, el 20 de abril de 2016.
Bustos fue imputado y el caso llegó a juicio oral y público la semana pasada. El debate presidido por la jueza Patricia Bilotta terminó este miércoles con una condena para Bustos. Lo sentenció a 3 años y medio de cárcel y 10 años de inhabilitación para conducir pero a esta sanción se le unificó una condena previa, con la modalidad de condicional, que Bustos tenía por asociación ilícita.
La compra venta de autos robados
En esa causa también estaba involucrado su padre, René, de 56 años, quien resultó ser un policía exonerado de las fuerzas de seguridad. Una venta por Facebook de un arma de fuego fue el inicio de la investigación de los fiscales Georgina Pairola y Fernando Dalmau de la Unidad de Investigación y Juicio. Los pesquisas dieron con un domicilio que en la puerta tenía estacionado un auto importado cuya patente no coincidía con los números grabados en los cristales.
Lo que siguió fue la habilitación de un juez para la intervención de una línea telefónica. De esas conversaciones surgió que el grupo se dedicaba a la compra – venta de autos robados. Los vehículos eran sustraídos en otras localidades y luego de maquillarlos un poco, los vendían, incluso a través de publicaciones en las redes sociales.
Con los datos obtenidos, los fiscales solicitaron dos órdenes de allanamiento el 31 de agosto de 2016 para dos talleres mecánicos y nueve propiedades donde los investigadores recuperaron 15 vehículos que habían sido robados. Detuvieron a siete miembros de la supuesta banda, cinco de los cuales fueron imputados en libertad pero los Bustos fueron llevados ante un juez donde quedaron acusados formalmente por la Fiscalía por asociación ilícita, encubrimiento doblemente agravado y tenencia ilegítima de arma de fuego. En esa oportunidad, quedaron detenidos preventivamente. Tras esa instancia, Román admitió su responsabilidad en el hecho en noviembre de ese año y aceptó una condena condicional a 3 años que ahora se sumó a la nueva sentencia que se dictó en su contra por el homicidio culposo de Manuel Rosas y las lesiones de Elsa P.