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Motosierra directa a la cabeza: ahora el gobierno le apuntó al Hospital de Salud Mental Laura Bonaparte

Se trata de un centro de referencia a nivel nacional e internacional, y único efector en su tipo del Estado central en Capital y Gran Buenos Aires. Este viernes se ordenó el cierre de la internación y la guardia, con 50 pacientes adentro. La historia del lugar arrancó con su inauguración en 1889

“En el marco del reordenamiento del sistema, el Ministerio de Salud de la Nación inició hoy el plan de reestructuración del Hospital Bonaparte. La decisión responde al objetivo de priorizar la asignación de los recursos en los pacientes que lo necesitan. Para avanzar con la reorganización del Centro de Salud, la cartera sanitaria inició la derivación de los pacientes a otras instituciones. Es importante destacar que no se cierra, se reorganizan los servicios. Desde el inicio de la gestión se trabaja en la normalización del Hospital producto de la subutilización en función de su capacidad, lo que se manifiesta en la reducida cantidad de pacientes que se atienden en la institución”. Con ese mensaje, el gobierno nacional avanzó en lo que los trabajadores del nosocomio denunciaron como lisa y llanamente un desmantelamiento, del que además destacan que es un centro especializado es el único hospital de salud mental en Área Metropolitana de Buenos Aires que depende del Estado nacional. La medida tomada, de cierre total de las internaciones y la guardia, impacta directo en los pacientes y afecta a más de 600 trabajadores, que en los primeros diez meses del año brindaron atención a unas 25 mil personas, lo que hace un promedio unos 90 pacientes cada día en lo que va de 2024, hasta este viernes 5.

Hospital Nacional en Red Especializado en Salud Mental y Adicciones “Licenciada Laura Bonaparte” es un centro de referencia en cuanto a prevención, tratamiento y rehabilitación en salud mental y adicciones, con la implementación de la ley Nacional de Salud Mental 26.657.

 

 

Inaugurado como Hospital Militar en 1889, durante la presidencia de Miguel Juárez Celman, atendió a heridos de la Revolución del 90, la insurrección cívico-militar contra el Unicato, de la que surgiría la Unión Cívica Radical. De ahí en más fue Hospital Nacional Central para Enfermos Tuberculosos en la década de 1940, y Cenareso (Centro Nacional de Reeducación Social) a partir de 1973. Tras la sanción de la nueva ley de Salud Mental, en 2010, se avanzó en una intervención para implementar los cambios que se mantuvo entre 2012 y 2023. Y en 2016, por ley nacional se cambió el nombre y se instituyó el de la psicóloga e integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Laura Bonaparte, fallecida en 2013.

Convertido en centro de referencia a escala internacional, sus aportes en investigación, además de contención, tratamiento y formación profesional ahora parecen estar en riesgo repentino tras el recambio en el Ministerio de Salud con la renuncia de Mario Russo y su reemplazo por Mario Lugones, un cardiólogo de vasta trayectoria en el ámbito público y privado que en julio pasado cumplió 77 años. Apenas asumió la titularidad de la cartera, días atrás, el funcionario echó a todo el consejo de administración del Hospital Garrahan por haber otorgado un bono a trabajadores y trabajadoras que reclamaban mejoras salariales.

Ahora hizo blanco en el Bonaparte. Días atrás el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció el traspaso de hospitales nacionales a las jurisdicciones locales. “Nosotros pasaríamos a Caba. Pero después vino el cambio de ministro de Salud y eso quedó desactualizado. Acá nos dicen que Lugones lo quiere cerrar”, dijo el delegado general de ATE Leonardo Fernández Camacho. Y contó: “En la mañana de este viernes avisaron el cierre de internación y al mediodía hubo que cerrar la guardia, porque no hay dónde ingresar cuadros graves. A la tarde el trascendido es que el lunes saldría un decreto de cierre total”. El delegado advirtió que las intempestivas decisiones se tomaron cuando había cerca de 50 personas internadas en el hospital: “No sabemos qué va a pasar con ellos. Quedan al cuidado de personal de guardia, que se va a circunscribir a lo interno, pero si viene alguien descompensado a la guardia no se lo puede atender. Ya está cerrada”, denunció.

El delegado, quien es abogado y trabajador social, contó que, como en el resto del Estado nacional, que tiene a un “topo” como jefe –según describió el propio presidente Javier Milei– la renovación de contratos para el personal bajo esa modalidad pasó a ser cada tres meses, con “despidos arbitrarios» que achicaron la planta a unos 60 profesionales menos: “La mitad fue despedida y la otra mitad se fue yendo por la precariedad de las condiciones laborales. Es una situación que atravesamos, al igual que el Hospital Español o el Garrahan», apuntó Fernández Camacho.

 


Otros testimonios a distintos medios porteños fueron coincidentes. “Vino el director a decir que se cerraba. Así, sin más. Acá en hospital de día hay pacientes que dependen de otras personas, una mamá, un acompañante. Los estamos llamando para que los vengan a buscar. Estamos en shock”, relató una trabajadora del centro de salud.

Y un trabajador social del Hospital marcó: «Que el gobierno nacional esté yendo directamente a atentar contra la salud mental de la población es un mensaje muy claro. No es sólo el cierre del Bonaparte, es lo que vienen haciendo con las políticas que implementan. No llegar a fin de mes tiene un efecto directo en nuestra salud mental, en nuestro bienestar».

Por su parte, la delegada adjunta de ATE, Soledad Rivas, quien es psicóloga y se desempeñó hasta este viernes en la guardia, ahora cerrada, resaltó la importancia del hospital: «Desde acá se dictan capacitaciones a todo el país, a la vez también supervisiones de casos que para nuestras disciplinas es imprescindible. La población que más consulta es la que no tiene cobertura, se entrega medicación a pacientes que tienen tratamientos crónicos de salud mental y eso no está asegurado en ninguna otra jurisdicción. Toda esa gente quedaría a la deriva con sus tratamientos y sus patologías de salud mental».

Y la Asociación de Profesionales del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez manifestó su «profunda preocupación» ante la tentativa de cierre. «El Hospital Laura Bonaparte es el único efector de salud ubicado en la ciudad de Buenos Aires especializado en problemáticas de consumo. Realiza tratamientos de salud mental a miles de pacientes, incluyendo niñas, niños y adolescentes», apuntó la entidad, que además resaltó: «En un momento en el que las problemáticas de salud mental crecen en forma alarmante, el cierre de un efector que atiende las mismas profundiza el deterioro de la asistencia sanitaria a la población».

Del mismo modo, organismos de derechos humanos salieron en defensa del centro de salud: «Sólo un gobierno negacionista, inhumano y perverso, que ejerce el poder con autoritarismo y crueldad, puede atreverse a una decisión en este sentido, en tiempos en que la atención de la salud mental en nuestro país resulta prioritaria, a partir del aumento exponencial de padecimientos psíquicos, consecuencia del estado de vulnerabilidad al que el mismo gobierno está llevando a su población, debido a sus medidas políticas, económicas y sociales». El comunicado lleva la firma de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Hijos Capital, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Asociación Buena Memoria, Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte, Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz, Fundación Memoria Histórica y Social Argentina y Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, que lanzaron una convocatoria a “las organizaciones sociales, políticas, sindicatos, y a la comunidad toda, a apoyar esta lucha en defensa del hospital y de la Salud Pública».

 


Con todo, tras las medidas, trabajadores y trabajadoras cortaron el tránsito en Combate de los Pozos al 2100, donde se emplaza el histórico hospital, en el barrio porteño de Parque Patricios, con riesgo de derrumbe pero no por actividad sísmica. El hospital brinda atención en diversas áreas de salud como Clínica Médica, Laboratorio de Análisis Clínicos, Odontología y Farmacia. Además, incluye un abordaje territorial, con lo cual también esa red está en peligro.

También es un centro que acompaña a la comunidad LGTBIQ+ y su auditorio lleva el nombre de Diana Sacayán y desde antes de que existiera la ley de Cupo Laboral Trans, el hospital ya tenía el 1 por ciento de trabajadorxs trans.

 

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