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Movimiento sindical encuadra los conflictos: es el modelo

El Movimiento Obrero Santafesino repasa peleas por paritarias sin corset, reclamos por deudas salariales y luchas para mantener puestos laborales en riesgo en la provincia. Y le pide al gobierno de Lifschitz que se plante frente a las exigencias de la Casa Rosada

El Movimiento Obrero Santafesino (MOS), que agrupa a organizaciones sindicales de la CGT de toda la provincia de Santa Fe y a la CTA Santa Fe, destacó en un comunicado su su solidaridad con los trabajadores y trabajadoras que atraviesan numerosos conflictos en la región y los puso en contexto: «Es el resultado de un plan económico (nacional)… Que simula que quiere bajar la inflación mientras aprueba tarifazos y alzas indiscriminadas de precios de alimentos… y pone toda su energía para evitar que nuestros salarios recuperen poder adquisitivo», dice el texto, que unifica la causa de estas disputas entre asalariados y patronales materializadas en paritarias, reclamos de sueldos atrasados o pelea por el mantenimiento de puestos laborales. También, cuestiona a la gestión del gobernador Miguel Lifschitz por su «neutralidad agobiante frente a un modelo de concentración económica y exclusión social de las mayorías» cuya autoría remite a la administración Cambiemos.

«Expresamos nuestro acompañamiento solidario a los trabajadores de Vialidad Nacional que el lunes se manifestaron en defensa de las escuelas técnicas de vialidad. El gobierno pretende cerrarlas, lo que significaría el despido de cerca de 300 personas. Los trabajadores de Vialidad también vienen luchando contra la privatización encubierta de la repartición», inicia el MOS un repaso de los conflictos. Alude luego a los 15 trabajadores de la alimenticia Ovoprot despedidos en la planta de Sauce Viejo, y la resistencia de la firma al pago de las indemnizaciones de ley. El comunicado agrega el conflicto en la refinería Oil de San Lorenzo por el peligro de pérdida de 400 puestos laborales directos en medio de una maraña judicial centrada en el grupo Indalo. «Es la primera vez en 80 años de actividad que esta planta deja de producir», destaca el texto sobre la singularidad del momento.

El MOS sigue con el conflicto de los trabajadores de Cargill en General Alvear y Villa Gobernador Gálvez, con la sospecha –negada por la patronal– de iun intento de enroque por empleados con un convenio laboral que exija menores salarios que el de Aceiteros o, peor, tercerizados.

Las menciones de conflictos incluyen al de la fabricante de maquinaria agrícola Vassalli, de Firmat, y a Fabricaciones Militares de Puerto General San Martín. También, al que llevan adelante los trabajadores del diario Uno de Santa Fe que están reteniendo tareas para reclamar que el Grupo América, propiedad del grupo Vila-Manzano, le pague los sueldos de febrero. Se suman sus compañeros del diario La Opinión de Rafaela, también por incumplimientos salariales.

El comunicado repasa la difícil situación de los trabajadores de peajes, junto a su sindicato Sutracovi, ante la amenaza del levantamiento de puestos de peaje. La de los medios públicos nacionales, en especial los de Radio Nacional.

Por último, el texto se refiere a los empleados del sector público provincial y municipal, en sus casos por las dificultades para negociar paritarias sin el techo del 15 por ciento que impulsa el gobierno nacional y acompañan, con mayor o menor adhesión, las administraciones provinciales incluida la de Santa Fe.

A la hora de interpretar las causas de la proliferación de conflictos, el MOS apunta al «resultado de un plan económico que nos perjudica. Que simula que quiere bajar la inflación mientras aprueba tarifazos y alzas indiscriminadas de precios de alimentos. Pero en cambio pone toda su energía para evitar que nuestros salarios recuperen poder adquisitivo». El comunicado lo resume como «un plan económico de un gobierno de ricos y para beneficio de los más ricos».

Tras apelar a la unidad de los gremios en lucha y la necesidad de unificar acciones, el Movimiento Obrero Santafesino interpela al gobierno santafesino: «que salga del letargo impuesto por sus propias contradicciones. Es hora de poner el Estado al servicio de la producción y el trabajo de los santafesinos, abandonado la neutralidad agobiante frente a un modelo de concentración económica y exclusión social de las mayorías», le pide a la gestión Lifschitz.

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