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Moyano: «El gobierno está logrando una CGT subordinada»

Los jefes del sindicato de Camioneros, Hugo y Pablo Moyano, subieron este lunes el voltaje de sus críticas hacia el resto de los sectores de la CGT que no acompañarán la marcha del 21 de febrero próximo contra el gobierno que preside Mauricio Macri. Más gremios se bajan de la movida.

Los jefes del sindicato de Camioneros, Hugo y Pablo Moyano, subieron este lunes el voltaje de sus críticas hacia el resto de los sectores de la CGT que no acompañarán la marcha del 21 de febrero próximo contra el gobierno y denunciaron que el Ejecutivo que preside Mauricio Macri está logrando una central obrera «subordinada».

«Al gobierno le conviene una CGT subordinada, no dividida, y eso es lo que están logrando», remarcó Hugo Moyano en una conferencia de prensa que brindó junto al presidente de la AFA, su yerno Claudio «Chiqui» Tapia, en ocasión de la visita de Victoria Lopyreva, la embajadora del Mundial de Fútbol Rusia 2018.

Pese a que el contacto con la prensa era por cuestiones futbolísticas a raíz del cargo que el camionero y también presidente de Independiente de Avellaneda tiene en la AFA, Hugo Moyano fue consultado por su pulseada con el gobierno de Cambiemos y la inminente marcha que encabezará en la porteña Avenida 9 de Julio junto a sectores del kirchnerismo.

«Dicen que no tengo que hacer la marcha y presentarme en la Justicia, pero ¿a qué me voy a presentar si no estoy involucrado en nada? Es todo verso», sentenció Moyano.

Por su parte, su hijo Pablo fue el más virulento para apuntar contra sus colegas de la CGT que no movilizarán el #21F, como los «gordos» y los «independientes», y especialmente cruzó a Rodolfo Daer (Alimentación), quien previamente había dicho que «el movimiento obrero no puede estar supeditado a los caprichos de un dirigente», en clara alusión a Moyano.

«Prefiero ser caprichoso y no traicionar al trabajador», disparó el hijo mayor de Hugo Moyano, al revivir el histórico enfrentamiento interno con los dirigentes dialoguistas de la CGT, que había sido aplacado en los últimos años para lograr la unidad de la central obrera detrás del triunvirato y que hoy está al borde de la fractura.

Pablo Moyano sostuvo en un comunicado que Rodolfo Daer «siempre fue obediente a los gobierno de turno, es un gran aliado de los empresarios y del Ministerio de Trabajo y en los 90 entregó parte de las conquistas de los trabajadores».

«Primero con el gobierno de (Carlos Saúl) Menem permitió decenas de millares de despidos y cierres de fábricas, luego con el gobierno de Fernando de la Rúa dejó que se apruebe la ley Banelco de flexibilización laboral, con las coimas del Senado, para culminar con el gobierno de (Eduardo) Duhalde y su enorme impacto devaluatorio al salario obrero», disparó el número dos de Camioneros, quien así pareció terminar de dinamitar las pocas posibilidades que quedaban de evitar una fractura de la CGT tras la marcha del #21F.

Además de las deserciones de los grandes gremios que comandan los «gordos» e «independientes», luego se sumaron las de los influyentes sindicatos del transporte y también la del integrante del triunvirato y jefe de Estaciones de Servicios, Carlos Acuña (ver abajo).

De esta manera, Moyano sigue perdiendo apoyos y ve reducido su capacidad de convocatoria para una marcha en la que pretendía mostrarle al gobierno de Macri su poder de fuego en las calles en momentos en que afronta varias causas judiciales que complican su situación.

El jefe del gremio de Gastronómicos, Luis Barrionuevo, sería el próximo pope sindical en despegarse de la movilización convocada por el líder camionero, según trascendió en ámbitos sindicales.

Si bien no hay confirmación oficial, ya que el dirigente aguardará para hacer pública la postura hasta el plenario del próximo miércoles junto al resto de los gremios enrolados en lo que solía denominarse CGT Azul y Blanca, son cada vez más fuertes los indicios en ese sentido.

«Tenemos sectores políticos que se cuelgan a un reclamo de los trabajadores que no corresponde que se politice», explicó el barrionuevista Acuña en declaraciones radiales en referencia a la concurrencia del kirchnerismo.

El pensamiento de Acuña sería ratificado en la reunión del miércoles que encabezará Barrionuevo, y que además de dirigentes gastronómicos sumará a representantes de Tabaco, Pintura, Vidrio y Carne, entre otros sindicatos de la CGT Azul y Blanca.

Este lunes, otro gremio retiró su apoyo a la marcha de Moyano: se trata del Sindicato de Tintoreros, Sombrereros y Lavaderos, que encabeza Luis Pandolfi.

«La postura nuestra es no participar. Entendemos que en esta coyuntura lo mejor que se puede hacer es tener un camino de diálogo con el Gobierno y solucionar los problemas de los trabajadores», señaló Pandolfi en diálogo con Infobae.

«No nos sentimos representados. Más allá de que bregamos por la unidad del movimiento obrero, creemos que debe haber una renovación en el seno de la CGT», consideró además.

En cambio, ya confirmaron su presencia la CTA de Hugo Yasky, la CTA de Pablo Micheli, los bancarios de Sergio Palazzo, otros gremios de la Corriente Federal de Trabajadores, los docentes bonaerenses liderados por Roberto Baradel y movimientos sociales como Barrios de Pie, CTEP y CCC.

También engrosarán la marcha con columnas propias las organizaciones de Unidad Ciudadana, incluida La Cámpora.  Y desde Rosario también saldrá una nutrida delegación de gremios.

Más gremios se bajan de la marcha

A medida que se acerca la fecha de la convocatoria se van cayendo muchos de los gremios de la CGT que Hugo Moyano pretendía sumar para darle un mensaje contundente al gobierno macrista en la marcha del #21F, lo que refleja las dificultades políticas del camionero para conseguir un fuerte predicamento dentro de la central obrera.

Más allá de que se estima una marcha masiva gracias a la capacidad de movilización de Camioneros y otros aliados externos alineados al kirchnerismo, no sólo «los gordos» y los «independientes» le soltaron la mano a Moyano en su combate contra el gobierno, sino que luego también se bajaron sindicatos que eran fija, y que habían dado su aval en la reunión de Consejo Directivo de la CGT donde se definió la medida de fuerza.

Tal es el caso del triunviro Carlos Acuña, quien pese a haber chicaneado a Héctor Daer por su negativa a participar de la marcha, finalmente retrocedió con el pretexto de la «infiltración» kirchnerista.

Lo cierto es que tanto las organizaciones políticas de Unidad Ciudadana como las expresiones sindicales vinculadas a ese sector tanto en la CTA de Hugo Yasky como en la Corriente Federal de Trabajadores de Sergio Palazzo ya habían dado a conocer su intención de participar desde el primer momento.

«No vamos a movilizar el 21. Que se sume el kirchnerismo hace que varios no movilicen», aseguró Acuña.
Con las bajas de Daer y ahora de Acuña, solamente una de las tres patas del triunvirato de la CGT, representada en Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) movilizará el 21.

De esta manera, con dos de los tres sectores de la conducción cegestista pisando en freno en la confrontación con el gobierno, Moyano quedó aislado en su estrategia por convertirse en un polo de resistencia, y debilitado en la puja interna que ya comienza a debatirse en torno a la reorganización de la CGT.

La no adhesión de los gremios del Transporte, como la UTA de Roberto Fernández y La Fraternidad de Omar Maturano le quitará poder de fuego a la medida de fuerza, ya que no se alterará el normal desplazamiento de trabajadores hacia sus puestos de trabajo.

Los apoyos al camionero, en cambio, son externos: provienen de las dos CTA y de los movimientos sociales ligados, en alguna medida, al Papa Francisco, pero en el plano interno de la histórica central obrera ya no pisa tan firme.
Uno de los más duros con Moyano fue Rodolfo Daer, de Alimentación, quien consideró que «el movimiento obrero no puede estar supeditado a los caprichos de ningún dirigente, más allá de los problemas que tenga».

Los «problemas» a los que hace referencia Daer son con la Justicia, y tiene que ver con los múltiples frentes judiciales que hostigan a Moyano.

En este punto, la lectura del jefe de Alimentación coincide con la caracterización que hace el oficialismo, y que sostiene que Moyano dio un giro en su relación con el gobierno por una supuesta falta de protección ante el avance de las causas judiciales en su contra.

En efecto, el camionero había sido uno de los principales sostenes sindicales de la candidatura de Mauricio Macri, con quien mantuvo una luna de miel durante el primer año de la gestión, cuando comenzaron los desencuentros.

«No vamos a participar de la marcha ya que puede haber algo personal. Fue muy imprevisto todo, que salga Camioneros a desafiar y mostrar las fuerzas de un gremio contra el Gobierno», señaló Diego Quiroga (Asociación de Hipódromos, Turf y Agencias Hípicas).

Por su parte, Gerardo Martínez (Uocra) sostuvo que «con la marcha no se resuelve nada» y que lo que hay que hacer es «abrir un puente de diálogo».

Inesperadamente por su cercanía con el kirchnerismo, también se bajó de la cita el jefe del SUTERH, Víctor Santa María, quien alegó que «la marcha de un solo sector no ayuda a la unidad».

En la misma línea, José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) afirmó que la protesta de Moyano se reduce a «un conflicto sectorial» del que no van a participar: «No pueden involucrarnos a todos».

Por su parte, Andrés Rodríguez (UPCN) justificó la postura de no sumarse a la protesta en el hecho de que «los trabajadores no lo piden».

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