Diecisiete pasajeros, entre ellos cuatro niños, murieron en el incendio de un colectivo interprovincial dentro de una terminal ilegal de Lima, en una tragedia que puso de relieve el caos del transporte público en Perú.
Las llamas surgieron en la parte trasera del segundo piso del colectivo cuando acababa de recoger pasajeros este domingo por la noche en la terminal de Fiori, a un costado de la ruta Panamericana, en el populoso distrito limeño de San Martín de Porres.
Los aterrados pasajeros intentaron escapar, pero se obstruyeron unos a otros, mientras las llamas y el humo cubrían velozmente el vehículo, en uno de los peores accidentes ocurridos en la capital peruana en las últimas dos décadas.
«Al momento de querer evacuar el segundo nivel del ómnibus todas (las personas) han quedado atrapadas en la bajada hacia el primer nivel», dijo el jefe de bomberos Mario Casaretto.
El alcalde local sugirió que el colectivo, que prestaba servicios con sus papeles en regla, llevaba combustible en el segundo piso.
Inicialmente los bomberos habían dicho que los muertos eran «al menos 20», pero la cifra fue rebajada a 17 por la fiscalía este lunes, al concluir la revisión de los restos calcinados del colectivo.
Otros siete pasajeros resultaron heridos y fueron llevados a dos hospitales cercanos, mientras el chofer y su asistente permanecían detenidos a la espera de declarar ante la fiscalía.
Informalidad en el transporte
La terminal de Fiori operaba ilegalmente, tras haber sido clausurada por las autoridades municipales en enero de 2018 debido a la venta clandestina de combustible para los autobuses.
«Este espacio venía funcionando con informalidad. Pareciera ser que, en el segundo piso del bus, estaban llevando combustible» en recipientes, indicó el alcalde metropolitano de Lima, Jorge Muñoz, al visitar el lugar del siniestro.
Por su parte, el alcalde de San Martín de Porres, Julio Chávez, dijo que aunque la terminal había sido clausurada, varias líneas de buses continuaron utilizándola por falta de fiscalización de los servicios de transporte público.
«Esta situación de informalidad de Fiori tiene mucho tiempo y ha habido desatención por parte de la autoridad que tienen que asumir responsabilidades como el ministerio de Transportes y la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas», manifestó Chávez.
Pero el presidente de la asociación de colectivos interprovinciales, Wilmer Andía, también atribuyó responsabilidad al municipio, afirmando que sus decisiones propiciaban la informalidad.
«Se estaba utilizando el terminal y el perímetro porque la municipalidad, luego de habernos permitido trabajar en la terminal Marco Polo Flores, de manera unilateral nos ha negado las licencias de funcionamiento», afirmó Andía.
Lima ha ganado fama por el caos vial y la informalidad con que operan buena parte de los servicios de transporte público, como colectivos y taxis.
La semana pasada las autoridades retiraron de circulación a un mini colectivo urbano que operaba ilegalmente desde hacía varios años, que debía casi un millón de dólares en multas acumuladas y que era conducido por un migrante venezolano sin licencia.