Por otro lado, en una nueva muestra de que la insurgencia sigue muy activa pese a ocho años de campaña militar internacional, un suicida mató este lunes a un influyente líder tribal afgano y a otras 13 personas en el este del país, indicó la policía.
Cuatro mujeres y un niño figuran entre los civiles muertos en el bombardeo de la OTAN contra tres vehículos donde iban personas tomadas erróneamente por insurgentes talibanes.
En un comunicado, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), bajo mando de la OTAN, reconoció el ataque, en la provincia de Oruzgán, asegurando que estaba dirigido contra presuntos insurgentes y prometió una «investigación inmediata».
Un comunicado del consejo de ministros afganos, presidido por el jefe del Estado, Hamid Karzai, calificó de «injustificable» el ataque.
«Según los primeros elementos, la OTAN disparó el domingo contra un convoy de tres vehículos (…) matando al menos a 27 civiles, entre los cuales cuatro mujeres y un niño, e hiriendo a otras 12 personas», indica el texto.
Este ataque se produce días después de que las fuerzas internacionales en Afganistán, en el marco de una amplia ofensiva antitalibán en el sur del país, causaran al menos la muerte de nueve civiles, tras el impacto de un cohete contra una vivienda.