El próximo lunes se conocerá la sentencia en el juicio oral y público que se lleva adelante en los Tribunales de San Lorenzo por la muerte de Jonatan “Pola” Gardini, el trabajador de seguridad privada que mientras se manifestaba en un piquete resultó atropellado por un camionero que conducía en estado de ebriedad. El hecho ocurrió en la madrugada del 30 de marzo de 2017 en el cruce de las rutas 11 y 10. Los fiscales Aquiles Balbis y Adrián Spelta solicitaron la pena de 22 años de prisión para Cristian Adrián Socias, atribuyéndole el delito de homicidio simple en calidad de autor.
A casi dos años y medio del hecho, el juicio por el asesinato del Pola Gardini se puso en marcha el pasado 17 de septiembre y finalizará el próximo lunes a las 9, cuando el tribunal –integrado por los jueces Griselda Strólogo, Mariel Minetti y Alberto Rizzardi den lectura del fallo y haga conocer la condena que deberá cumplir Socias, de 26 años.
La defensa del imputado, a cargo de Ignacio Alfonso Garrone, argumentó en los alegatos del martes pasado que la víctima “no sufrió y tuvo una muerte instantánea”, por lo que “pidió tres años de prisión y seis de inhabilitación para conducir”, según confió la viuda Adriana Iturriaga.
“Por el sólo hecho de que mi marido no haya sufrido y muriera en el acto, fundamentaron que con tres años de cárcel sería suficiente. Y eso nos duele. Si la Justicia hace lugar a este tipo de argumentos convendría manejar un auto, atropellar y asegurarse que la víctima tenga una muerte instantánea para recibir una condena menor”, dijo la viuda de Pola, a la salida de la penúltima audiencia del juicio.
«Mis cuatro hijos se crían solos desde que lo mataron», dijo la viuda de Gardini
Entre otros fundamentos expuestos por la defensa en los alegatos, “justificaron que el camionero hizo lo que hizo porque estaba en estado de ebriedad. Porque no estaba en sus cabales”. Según Adriana, “le estamos dando un mensaje erróneo a la sociedad: tomar alcohol, subirse a un vehículo y pasar por encima a una persona asegurándose de matarla para recibir una pena más leve”.
Ni la viuda ni los cuatro hijos de Gardini encuentran consuelo. “Ni una condena de 22 años aliviará nuestro dolor. Hoy estamos a la deriva, tratando de sobrellevar este dolor. ¿Quién entiende el dolor de nuestros hijos? Esta persona me llevó a sacar un odio de adentro que nunca había tenido en mi vida”, concluyó la viuda.
Declaraciones de testigos
Socias manejaba un camión cisterna, cuyo semirremolque desenganchó en la estación de servicio de la firma Oil Combustibles ubicada sobre la ruta 10, a un kilómetro del cruce con la ruta 11. “A eso de las 2.30 de la madrugada pasó un camión por la banquina por la ruta 10. Bajó el camionero y se puso a discutir con un grupo de mujeres. Reconoció que estaba tomado (alcoholizado) y que quería seguir tomando. «¿Quiénes me van a parar, aquellos cuatro?»”, relató Matías, un ex compañero de trabajo de Gardini, durante la ronda de testigos.
Adriana Iturriaga, viuda de Gardini. «Ni una condena de 22 años aliviará nuestro dolor».
“Insistía con pasar porque quería tomar unos copetines”, agregó Gustavo, otro de los trabajadores que aquella madrugada participaba de la protesta sindical. En el cordón de la rotonda que delimita el cruce de ambas rutas, Patricia estaba sentada junto con otras compañeras del Sindicato de Barrido y Limpieza (Sorbyl) cuando se les acercó Socias. “Nos comentó que venía de tomar unos copetines y quería pasar”.
La conversación continuó con tono amenazante: “Me tomo unos copetines, vuelvo y los paso por encima a todos”, declaró la mujer.
Según la investigación de Fiscalía y los datos aportados por testigos, el camión cisterna Iveco conducido por Socias circuló por la banquina de la ruta 10 en orientación oeste-este, dobló por ruta 11 en dirección al sur, giró en U a la altura de la entonces planta de Oil Combustibles y se posicionó para acelerar hacia el norte, en donde estaba el piquete.
«Tomo unos copetines, agarro el camión y los paso por encima»
“Se llevó puesto las cubiertas encendidas y las reposeras. Se escucharon los gritos de las mujeres. Aceleró a pesar de que los gendarmes le dieron la voz de alto. Oímos disparos y luego encontramos a un compañero tirado en el suelo”, describió Matías sobre el fatal destino de Gardini.
Mauricio, otro de los testigos del hecho, aseguró haberse arrojado al suelo y hacia la banquina cuando el camión conducido por Socias pasó por encima del piquete. “Después me acerco y veo el cuerpo de alguien. El camión recién frenó cuando pasó el puente del arroyo San Lorenzo”. La víctima había sido Gardini, de 38 años.