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Multiplicar es la tarea: Massa y Milei seducen, ¿qué harán el PRO, radicales, cordobeses y la izquierda?

El oficialista tendió puentes hacia los radicales y el libertario al sector del PRO, socios mayores del espacio que quedó como el gran perdedor en la carrera a la Casa Rosada. No hay por el momento pronunciamientos orgánicos ni de ellos ni de otros sectores, como el de Schiaretti. Sí lo hizo Bregman

El estribillo de «Tratando de crecer», de Fito Páez, aplica a los dos candidatos que disputarán la segunda vuelta presidencial el 19 de noviembre: «multiplicar es la tarea». En esas lides, Sergio Massa y Javier Milei hacen foco en lo que hasta las elecciones generales fue Juntos por el Cambio y ahora se verá si continúa y cómo. El oficialista tendió puentes hacia los radicales y el libertario al sector del PRO, socios mayores del espacio que quedó como el gran perdedor en la carrera a la Casa Rosada. Sus votantes, en conjunto, representan nada menos que el 23,83% del total –6.267.152 voluntades– según el escrutinio provisorio y con una participación ciudadana de poco más del 77%. Pero, además, en un escenario dual también tercian los que eligieron acompañar al cordobés Juan Schiaretti, que lidera igualmente una construcción tironeada entre la genealogía peronista y la impronta «antikirchnerista». Ahí hay otros 1.784.315 ciudadanos que se quedaron sin representante para la definición. Y por último, la izquierda que acompañó a Myriam Bregman, quien retrocedió respecto de la primaria pero aún así cosechó casi 710 mil votos detrás de un frente que no escapa a las visiones internas contrapuestas.

Algunos dirigentes de esas construcciones políticas a las que ya comenzaron a interpelar desde Unión por la Patria y La Libertad Avanza dieron señales de cuáles son sus preferencias para el balotaje, pero por estas horas todos hacen cálculos y especulan sin tirarse a la pileta. Pronunciamientos orgánicos, mucho menos. Otra posibilidad es que decreten una «libertad de acción» que sus votantes, de todos modos, ejercitarán. Porque en épocas de lealtades políticas volátiles por parte del electorado, una cosa es lo que digan las cúpulas de las estructuras y otra lo que hace la gente en el cuarto oscuro. Otro factor de peso para las chances de cada uno es la evolución del escenario económico en los 27 días que anteceden al balotaje.

«Quiero hablarle a los que fueron al cuarto oscuro y votaron en blanco, que a lo mejor, con desesperanza o bronca se quedaron en sus casas, quiero hablarles a los que la eligieron a Myriam (Bregman), a Juan (Schiaretti), a esos miles de radicales que a lo largo de la Argentina comparten con nosotros valores democráticos pero también a aquellos que eligieron otra opción pensando en la necesidad de tener una Argentina en paz, con orden, sobre la base de construcción de valores democráticos, de respeto a las instituciones, esos que quieren un país con certezas», dijo Massa en su discurso del domingo, el último de la jornada entre los candidatos. Fue una muestra de los que están en el radar del ministro presidenciable. Incluye a los casi 7.800.000 ciudadanos habilitados que no se acercaron al cuarto oscuro.

Milei buscó en principio por otro lado: hay «gente muy talentosa» en el PRO, lisonjeó este lunes y admitió que estuvo en diálogo con el ex presidente Mauricio Macri. Agregó en su invitación «al peronismo no kirchnerista» y avanzó en el intento de superar sus feroces ataques contra la ex candidata a la que llegó a acusar de «poner bombas en jardines de infantes» en la década de los 70. Concedió que intenta hacer «tabula rasa, borrón y cuenta nueva» al respecto. “Damos vuelta la historia, ¿de qué nos sirve si vamos a dejar el poder al kirchnerismo? Pueden elegir no sumarse a la situación a la que le abro los brazos, pero si no lo hacen tendremos kirchnerismo cuatro años más”, apeló a consignas sobre las que hasta ahora no había hecho foco, en diálogo con Radio Rivadavia.

 

Macri, de la reposera a la hamaca oscilante

Sin sorpresas, el libertario insistió con el ex presidente: “Yo he estado hablando en estos días con él. Tengo una muy buena relación con el ingeniero Macri, lo escucho mucho. Estoy dispuesto a escuchar a Macri. Creo que su experiencia ha sido muy valiosa. Una de las cosas que hemos hablado con él, es que él me reconoció que yo tuve la apertura de ofrecer una interna. Lo resolvimos de una manera más aspera, pero el enemigo sigue siendo el kirchnerismo. Los invito a participar, a acompañarme en esta lucha contra el kirchnerismo. Los vamos a recibir. ¿Quién soy yo para despreciar la experiencia de profesionales de alto rango?, reforzó en torno a una alianza con el empresario-político a quien desde el propio Juntos le reprochan doble juego.

Macri no había hablado hasta el mediodía de este lunes, si bien su ida y vuelta con el economista ultraortodoxo no dejan dudas sobre su inclinación. Sí lo hizo la derrotada Bullrich un día antes, tras el escrutinio provisorio, aunque sin nombrar al León: «Nunca vamos a ser cómplices del populismo y de las mafias que destruyeron este país«, afirmó en el escenario de Parque Norte. «El populismo ha empobrecido el país y no soy yo quien va a venir a felicitar a que vuelva al poder quien ha sido parte del peor gobierno de la historia argentina», abundó con esa construcción gramatical. Y hubo acuse de recibo: «Me alegra que Patricia haya dicho esto», declaró Victoria Villarruel poco después y con amnesia sobre los duros cruces entre la «Pato» y el «León». Es que la estrategia del libertario parece ser reducir «la casta» al kirchnerismo, y a este espacio identificarlo con todo Unión por la Patria.

 

Boinas blancas, con qué color irán al balotaje

La gran incógnita es hacia dónde rumbearán los referentes radicales de su golpeada entente con el PRO, como el jujeño Gerardo Morales –reprochado por una foto con Massa en Salta durante la campaña, si bien junto a otros gobernadores– y el impugnado Martín Lousteau. A ellos se suman el originario peronista Emilio Monzó y el derrotado en las primarias del espacio y saliente jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, entre otros.

Ni la UCR ni los otros referentes descontentos dentro de Juntos salieron aún a fijar posiciones. Lo mismo pasa con Lilita Carrió, aunque en su caso con escaso potencial arrastre de votos y ya sin poder de fuego en una coalición desgajada y con sospechas de salto de alambrado de su fundador, a quien ven esquivando su jubilación política en el espacio que él considera la continuidad, exaltada, de su prédica.

Apenas Facundo Suárez Lastra arriesgó un posible camino: “No cuenten conmigo para votar a Milei, Como dijo Hipolito Yrigoyen, hay que empezar de nuevo. Lo que supere al populismo deberá ser liberal, progresista y socialdemócrata”, publicó en la red social X. No es, de todos modos, una de las voces de mayor peso. Lo es Morales, que mantiene la boca cerrada pero en el búnker de Juntos evitó cruzarse con Macri.

En el pago chico rosarino, Alejandro Villalba, presidente de la departamental de la UCR, admitió que vivió “con alivio» el resultado y fue claro: «Hay que evitar que gane Milei, y voy a trabajar para eso, porque creo que el último mes que se sintió ganador mostró todo lo que era, un nazi en campaña». El dirigente interpretó que «se votó entre democracia o no democracia”.

El cordobés Schiaretti, a un paso de dejar el Ejecutivo de su provincia, teñida de amarillo, tampoco arriesgó rumbo. Acredita haber sumado cuatro puntos entre las PASO y las generales, y puede cobrar caro ese crecimiento. La duda es a quién. Tampoco detrás suyo hay homogeneidad. Por caso, en Santa Fe, lo acompañó el socialismo, al que le resultaría indigerible obedecer la orden de aportar al mentor de la motosierra. De hecho, Esteban Paulón, diputado electo por Santa Fe dentro de Hacemos por nuestro país, anticipó el apoyo a Massa aunque «sumando propuestas».

 

¿Y la izquierda?

Bregman, entre los interpelados por una y otra coalición en carrera a la Casa Rosada, fue la única que deslizó postura. “No son lo mismo”, dijo respecto de Massa y Milei. Y aunque evitó ser tajante, anticipó que su espacio dará a conocer en los próximos días su posición oficial para la segunda vuelta. “Lo que es seguro es que nosotros vamos a estar en contra del ajuste, lo aplique quien lo aplique”, agregó.

No obstante, tampoco en ese espacio hay unanimidad. El ex precandidato Gabriel Solano, que fue derrotado por Bregman en las primarias, apeló en redes sociales al purismo ideológico para diferenciarse: “La unidad nacional que promueve Massa es con la derecha. Que no cuente con nosotros”.

Algo parecido esgrimió el ex candidato a diputado nacional por Santa Fe Octavio Crivaro, fuera de la lista de los 10 que irán a la Cámara baja desde la provincia. «No creemos que corresponda de nuestra parte dar apoyo político a un gobierno que está ajustando a pedido del FMI, que promueve el estractivismo, al que nosotros enfrentamos diariamente», señaló.

 

Otro partido

El escenario rumbo a la segunda vuelta es otro que el de las generales. Tampoco es legítimo la traspolación de declaraciones emitidas en la campaña que ya terminó. Por caso, las del gobernador electo de Santa Fe, el radical Maximiliano Pullaro. Ya dejó en claro que la construcción provincial Unidos para cambiar Santa Fe no es una sucursal de Juntos por el Cambio, y se verá si refrenda la respuesta «A Milei», un poco forzada por la pregunta sobre su postura que dió ante el entonces potencial horizonte de balotaje con Massa, hoy certeza. Además, se despegó sin cortapisas del libertario cuando éste atacó, en el acto de cierre y con sus habituales exabruptos, al correligionario del santafesino en Unión por la Patria, Leandro Santoro, quien como candidato a la jefatura del Gobierno porteño impidió el triunfo en primera vuelta de Jorge Macri, apalancado con ruidos internos por su primo Mauricio.

La dinámica electoral argentina, de todos modos, refuta tanto las encuestas como las correlaciones entre las decisiones de los dirigentes y el comportamiento en las urnas de los ciudadanos que los tienen como referentes.