Distintos sectores sindicales, entre ellos el moyanismo, las dos CTA y la Corriente Federal de los Trabajadores, realizaron este miércoles junto a movimientos sociales una multitudinaria marcha al Congreso nacional en repudio al proyecto de reformas laboral, previsional y tributaria que impulsa el gobierno de Mauricio Macri, del que dijeron que esconde “un plan de ajuste” y advirtieron que saldrán a la calle “cada vez que se voten leyes en contra de los trabajadores”.
La marcha bajo el lema “No es reforma, es ajuste” convergió en la Plaza de los Dos Congresos, donde se concentró gran cantidad de afiliados de Camioneros, además de representantes de otras organizaciones que convocaron a la marcha como Bancarios, CTERA, filiales de la UOM, Canillitas, Cicop e integrantes de organizaciones sociales como la CTEP, la Corriente Clasista Combativa, Barrios de Pie y el movimiento Evita, al igual que partidos y agrupaciones de la izquierda y del kirchnerismo, entre ellas La Cámpora, Nuevo Encuentro y Kolina.
Estos sectores gremiales, opositores al gobierno de Cambiemos y la mayoría cercanos al kirchnerismo, marcaron su distancia con la conducción de la CGT que negoció la reforma laboral con el oficialismo y logró dar de baja varios artículos polémicos.
Frente al Congreso de la Nación y ante unas 200 mil personas, según los organizadores, hubo cuatro oradores desde las 15 y con críticas a la gestión de Mauricio Macri, a la cúpula de la CGT –que consensuó un texto– y advertencias a los legisladores de la oposición.
En los cuatro discursos que brindaron los sindicalistas durante el acto hubo críticas contra la reforma laboral, pero sobre todo repudiaron la reforma previsional, que un rato después comenzaría a tratarse en el Senado y que implica un cambio en la fórmula que se utiliza para calcular los aumentos automáticos de los haberes.
Uno de los mensajes más duros del acto lo envió el primer orador, el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, quien lanzó una advertencia contra los legisladores que voten a favor de las reformas:
“Les decimos a los senadores de la Nación, guarda que se acabó el anonimato. El que levante la mano en contra de los jubilados va a salir publicado con foto y fecha de nacimiento. Se acabó lo de votar en contra de un pueblo a cambio de nada”, señaló.
El docente y también diputado electo del kirchnerismo afirmó además que el gobierno quiere “un país sin sindicatos”, ante lo que remarcó: “Vamos a construir unidad junto a los movimientos sociales y defensa al estado de derecho. Vamos por más unidad”. Yaski aseguró que Cambiemos quiere “un país sin sindicatos”.
“Los grandes, los cagadores seriales, los que se llevan la plata a los paraísos fiscales, los parásitos. Esos son los que quieren esta reforma”, agregó.
Luego, el líder de Camioneros, Pablo Moyano, apuntó a los “discípulos (del ex ministro de Economía Domingo) Cavallo que –aseguró– están en el gobierno y vienen con la intención de esta reforma laboral”.
En el escenario montado en las inmediaciones del Congreso, el dirigente de la CGT señaló que “se repite la historia cada vez que hay un gobierno liberal” porque “lo primero que hace es atacar a los trabajadores” y, sobre la reforma laboral, agregó: “Sabemos que es para sacarnos todos los derechos adquiridos, que han costado vida y cárcel a muchos dirigentes”, subrayó.
Previamente había tomado la palabra el jefe de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, quien criticó a la conducción de la CGT por haber negociado la reforma con la Casa Rosada: “Hay algunos compañeros que no están entendiendo. Hay que ayudarlos a que entiendan que nadie se salva solo. Que estamos todos juntos o nos destrozan el país. Quiero creer que se equivocaron, no quiero pensar otra cosa”, deslizó. Micheli pidió “tirar a la basura esos proyectos de reforma porque atrasan 100 años a la Argentina”.
Por otra parte, el estatal destacó que “esta marcha demuestra que los trabajadores quieren más pelea y seguir en la calle”, mientras que consideró que en el gobierno “no quieren el disenso ni las opiniones distintas, lo único que quieren es imponer” y “acallar las voces con palos y (balas de) plomo”.
El último orador fue el secretario general de la Asociación Bancaria y referente de la Corriente Federal, Sergio Palazzo, quien remarcó: “No queremos ser parte de la derecha que le quita derechos a los trabajadores. Hoy empieza un plan de lucha que nos va a tener en la calle cada vez que el Congreso vote leyes en contra de los trabajadores”.
El gremialista, alejado de la conducción de la CGT, cuestionó con énfasis la posibilidad de que sea sancionada la reforma previsional: “Sepan los señores senadores que si levantan la mano, con la otra le están metiendo la mano en el bolsillo a los jubilados y le sacan el plato a los jubilados. Y también se contradicen a sí mismos”, planteó.
La movilización se produjo un día después de que la CGT reuniera a su Consejo Directivo, el cual “avaló” formalmente la actuación del triunvirato en las negociaciones con el gobierno por la reforma laboral, luego de que Pablo Moyano desairara a la conducción de la central obrera cuestionando esa iniciativa.
Aulas vacías
El sindicato mayoritario de docentes CTERA realizó este miércoles un paro en escuelas de todo el país en rechazo al paquete de reformas laboral, previsional e impositiva que el gobierno de Mauricio Macri envió al Congreso de la Nación.
Con acatamiento dispar, ya que en algunas escuelas se dictó clases con normalidad, la medida afectó especialmente a los establecimientos educativos del conurbano bonaerense y grandes ciudades del interior del país, como Rosario.
El paro de CTERA fue esencialmente para dar respaldo a la marcha y acto que hizo en la misma jornada el moyanismo, la CTA de los Trabajadores, de la que forma parte este sindicato docente, y la CTA Autónoma al Congreso, donde participó la secretaria general del sindicato y titular de Amsafé, Sonia Alesso.
Al respecto, el presidente Mauricio Macri criticó duramente a CTERA por haber realizado un paro nacional y afirmó que “los líderes gremiales representan cada vez menos a los docentes”.
En la misma línea, el ministro de Educación, Eduardo Finocchiaro sostuvo que la huelga de CTERA fue decidida el martes “por cuatro burócratas en su torre de marfil”, con la consecuencia de que “los chicos no tengan clases”.
En la provincia de Buenos Aires, la Unión Docentes de la provincia de Buenos Aires (Udocba) y el Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop) no se plegaron a la medida de fuerza, pero se sumaron a la marcha al Congreso en rechazo a las reformas del Gobierno.
Al convocar al paro días atrás, CTERA justificó la medida al manifestar su rechazo a “las reformas que el Poder Ejecutivo está impulsando, que significaran un retorno a las políticas educativas de los 90, de ajuste en la educación pública”.
A partir de esta medida de fuerza, adoptada a menos de un mes de que finalicen las clases, se llegó a 18 días de paro en las escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires en lo que va del ciclo lectivo 2017, mientras que en la Capital Federal son 13 los días sin clases por protestas sindicales.