«Me imagino que todo el mundo debe estar inquieto porque las entradas no se están vendiendo al ritmo que estaba previsto», dijo a la prensa el ministro Makhenkesi Stofile.
«Cuando nos atribuyeron la organización del Mundial en 2004 la situación económica era completamente distinta, tenemos que revisar nuestras previsiones y ser realistas», añadió.
En febrero, dos tercios de los dos millones de entradas habían sido vendidas para el Mundial que se disputa entre el 11 de junio y el 11 de julio.
El mes pasado, la situación económica ya obligó a la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) a aumentar el número de entradas a bajo precio para atraer a más sudafricanos a los estadios, recordó el ministro.
«Estamos ante una situación económica difícil pero los estadios estarán llenos», aseguró Stofile.