“Sigue siendo una tomada de pelo lo de los intendentes. La propuesta salarial que hicieron es la misma que ya habíamos rechazado; e incluso menor, porque hablan de pagar los 3,000 pesos en negro, no pagándole nada a los pasivos, dejando afuera la obra social, la caja de jubilaciones”. Sin ocultar su fastidio, el secretario General de Municipales de Capitán Bermúdez, Jesús Monzón, quien a la par es uno de los delegados paritarios de los sindicatos que conforman la Festram, la Federación de gremios del sector de Santa Fe. Los delegados tienen mandato conferido para decidir medidas de fuerza, y ante el fracaso de la reunión de este miércoles ya se convocaron para el mediodía de este jueves: de ahí saldrá la fecha de una nueva medida de fuerza, esta vez un paro por 72 horas para la semana que viene, y su modalidad: no estaba descartado que fuera, de nuevo con movilización. Los gremios ya protagonizaron una caravana de protesta a escala provincial, que en Rosario resultó multitudinaria y sumó a sindicatos de otros sectores, como docentes, médicos, enfermeros y estatales, que están en la misma pelea.
“La verdad que es irrisorio ofrecer nuevamente sumas en negro, por 60 días, por 90 días y después ver qué hacemos. Eso ya había sido rechazado”, se molestó Monzón. La brecha del ofrecimiento con lo que demandan los gremios es casi antagónica. Desde el vamos, incluso desde antes que de lo ofrecieran, los municipales rechazaron el bono de 3 mil pesos que el gobierno de Omar Perotti ya dio como una suerte de compensación de emergencia a otros sectores. En todos los casos, lejos de calmar las aguas ese pago por “decisión unilateral” encendió los ánimos. Amsafé (docentes), ATE (estatales), Amra (médicos), Siprus (profesionales de la Salud) tuvieron sus propias medidas de fuerza, a veces coincidentes, a las que también se sumaron los docentes privados de Sadop. Y cuando Festram decidió desplegar una caravana de protesta, dos semanas atrás, se sumaron al recorrido. En la misma sintonía está Luz y Fuerza, pero los gremios del sector acataron la conciliación obligatoria, inmediatamente dictada por el Ministerio de Trabajo de la provincia con el solo anuncio de un plan de lucha del sector.
Todo indica que la convergente pelea sindical, lejos de terminar, se va endureciendo. Para los municipales, la agenda contempla una serie creciente de medidas de fuerza con dos objetivos primarios a la vista: el primero la recuperación del poder adquisitivo del salario perdido por inflación, que estiman en más de 20 mil pesos de enero a esta parte. Y la segunda un aumento sobre esa base, definido en paritarias y por tanto remunerativo, es decir que alcance a los pasivos y realimente obra social y caja jubilatoria. Insisten en que los municipios y comunas pueden solventarlo, ya que crecieron en partidas y resolvieron con financiamiento problemas de deudas. Pero la distancia entre ofrecimientos y reclamos todavía es infranqueable.
Alto enojo en Rosario
El titular del Sindicato de Trabajadores Municipales local, Antonio Ratner, explicó, con menos enojo pero similar molestia, que «de los jubilados ni hablar»: la propuesta salarial deja totalmente afuera a los pasivos, y ya por ese solo motivo la consideraron inaceptable.
Ratner reflejó que el ofrecimiento consistió en una suma fija a pagarse septiembre y octubre, «y puede que noviembre también» sólo para el personal de planta permanente (en el sector hay personal en negro, en alta proporción en no pocos municipios y comunas de la provincia) para después crear una «comisión técnica» para «analizar la situación» y después «reunirse para ver la posibilidad de plantear una escala diferente a esa política de pagos». A los municipales pareció sonarle como una legendaria frase de Juan Perón, en la que refería que si él quería que algo se hiciera lo hacía él mismo, y se quería que algo no se hiciera, formaba una comisión.
«Así que nosotros recibimos esta, que ellos llaman «propuesta»», refirió Ratner, para adelantar que este jueves a las 11 los delegados se van a reunir para definir el rechazo: «Nosotros nunca aceptamos una política de bonos; queremos discutir salarios, y queremos discutir en paritarias libres, no que nos pongan un tapabocas y un pie encima y tengamos que aceptar lo que ellos dicen que tenemos que aceptar», concluyó el máximo dirigente de los Municipales de Rosario.
