El cineasta norteamericano Arthur Penn, quien legó a la posteridad una de las obras maestras del séptimo arte, Bonnie and Clyde, murió aquí el martes último, víctima de una insuficiencia cardíaca congestiva, a los 88 años.
Con una trayectoria fílmica en la que sobresale también El Pequeño Gran Hombre, Penn inició su carrera en el teatro y, tras cimentar su fama en los escenarios de Broadway con piezas como All The Way Home, se lanzó a fondo en brazos del cine en los años 60 del siglo pasado, al calor de la efervescencia social y política de la época. Antes había escrito y dirigido programas televisivos
Su filmografía incluye, entre otras, las cintas The Miracle Worker (Oscar para Anne Bancroft), Night Moves, con Gene Hackman y The Missouri Breaks con Marlon Brando y Jack Nicholson, pero sin duda el punto más alto lo alcanza con Bonnie & Clayde.
Ambientada en los tiempos de la gran depresión norteamericana, la estremecedora escena final quedará para siempre en la memoria de los espectadores, por su carga de una violencia desalmada que, en opinión de la crítica, Penn plasmó con maestría y elegancia.
Hay quienes le ven puntos de contacto con la escena en que Sonny Corleone es abatido a balazos frente a una cabina de peaje en la primera entrega de la saga monumental de El padrino, de Francis Ford Coppola. Los hilos del arte siempre se cruzan.
Protagonizada por Faye Dunaway, Warren Beatty y Estelle Parsons y rodada poco después de los 40 años, se asegura que Beatty tuvo que convencerlo de dirigir el proyecto con guión de Robert Benton y David Newman, inspirado en las películas de la nueva ola francesa, con Godard a la cabeza.
El filme se estrenó en 1967 y obtuvo siete nominaciones al Oscar. Para muchos Bonnie & Clyde marca el fin del sistema de estudios y el nacimiento de una era de actores y directores independientes, dueños de sus destinos creativos.
Nacido en Filadelfia el 27 de septiembre de 1922, hijo de Harry y Sonia Penn, Arthur se unió al ejército de su país durante la Segunda Guerra Mundial. Terminada la contienda bélica, estudio literatura durante dos años en Italia.
A menudo recordaba que su padre murió en medio de la incertidumbre por el porvenir de su hijo. Las películas me salvaron, afirmaba a modo de consuelo.
Fuente: Prensa Latina
