La actriz sueca Bibi Andersson, recordada protagonista de los dramas cinematográficos de Ingmar Bergman, falleció el domingo en Estocolmo, Suecia, a los 83 años, según informó la directora y amiga personal de la artista Christina Olofson, según la agencia EFE.
«Bibi fue una gran actriz y una humanista fantástica», dijo Olofson a la edición digital del periódico sueco Göteborgs-Posten, reflejado por la prensa europea.
Nacida el 11 de noviembre de 1935 en Kungsholmen, cerca de Estocolmo, era hija de Karin Mansion, una trabajadora social, y de Josef Andersson, comerciante. Bibi Andersson había sufrido un derrame cerebral en 2009 que la obligó a permanecer internada en un hospital desde entonces.
Berit Elizabeth Andersson (tal su nombre completo), estudió en el Kungliga Dramatiska Teatern y en el Royal Dramatic Teather de Estocolmo; debutó en el cine con La señorita Julia (1951), de Alf Sjöberg, en un papel no acreditado y fue junto a Liv Ullmann, Ingrid Thulin y Harriet Andersson el núcleo de actrices favoritas de Ingmar Bergman en su época de oro.
Con el director sueco rodó Sonrisas de una noche de verano (1955), El séptimo sello (1956), Tres almas desnudas y Cuando huye el día (1957), El mago (1958), El ojo del diablo (1960), Ni hablar de las mujeres (1964, primer film en colores del cineasta), Persona (1966), La pasión de Anna (1969), El toque (1971) y Escenas de la vida conyugal (1973).
Algunas de sus películas con otros directores fueron El relámpago en los ojos (1956, de Sjöberg), La querida (1963) y El fuego (1965, ambas de Vilgot Sjoman), Duelo en el cañón del diablo (1965, de Ralph Nelson), La violación (1967, de Jacqus Doniol-Valcroze), Las chicas (1968, de Mai Zetterling) y Áspero interludio (1969, de Florestano Vancini).
También se la vio en La carta del Kremlin (1969, de John Huston), La rival (1974, de Sergio Gobbi), Nunca te prometí un jardín de rosas (1977, de Anthony Page), El enemigo del pueblo (1977, de George Schaefer), Aeropuerto 1980: el Concorde (1979, de David Lowell Rich), Quinteto (1979, de Robert Altman), Todo es cuestión de amor (1978, de André Cayatte) y La fiesta de Babette (1986, de Gabriel Axel).
En la Argentina filmó Pobre mariposa (1986, de Raúl De la Torre), con Graciela Borges y Lautaro Murúa, y Los dueños del silencio (1987, de Carlos Lemos), con Arturo Bonín.
A finales de la década de 1980, Andersson centró su carrera en la televisión y en el teatro, donde volvió a colaborar varias veces con Bergman.