El ex dictador general Gregorio «Goyo» Álvarez, que gobernó entre 1981 y 1984 durante la dictadura militar en Uruguay, murió en la madrugada del miércoles, por una afección cardíaca, anunciaron medios locales.
Álvarez, de 91 años, que se encontraba detenido desde hacía 10, había cumplido un papel clave en el golpe militar de 1973 y durante el régimen militar que se instaló hasta 1984.
Nacido el 26 de noviembre de 1925 en una familia de militares, fue el tercero de ella en llegar a general. Fue subiendo rápidamente en el escalafón y en 1971, con 45 años, ganó por concurso los galones de general. Aún en democracia, el Congreso autorizó su ascenso.
Álvarez inició su carrera militar en 1940 y se graduó como oficial del Regimiento de Caballería en 1946, integrándolo hasta 1959. Fue jefe de Operaciones de Caballería en la Escuela de Instrucción Militar y de la Guardia Republicana de Montevideo.
En 1970 recibió la venia del Senado de la República para ser ascendido a general, cargo que comenzó a ostentar en 1971. Ese mismo año, fue designado jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (Esmaco), organismo a cargo de la coordinación y planificación de las acciones contra la guerrilla.
El 23 de febrero de 1973, meses antes del golpe de Estado, Álvarez fue designado secretario permanente del recién creado Consejo de Seguridad Nacional creado tras el acuerdo de Boiso Lanza, que asesoraba al entonces presidente Juan María Bordaberry (1928-2011).
Al producirse el golpe de Estado del 27 de junio, fue uno de los militares que ingresó en el Palacio Legislativo, junto al general Esteban Cristi, a los coroneles Alberto Ballestrino y Hugo Arregui y al teniente coronel Julio Barrabino.
En 1974 asumió como comandante de la 4ª División del Ejército, trasladándose a Minas. En 1975 fue tomó el cargo de presidente de la Comisión de Asuntos Políticos de las Fuerzas Armadas y en 1978 fue designado Comandante en Jefe del Ejército.
En 1979 pasó a retiro y en 1981 forzó al Consejo de la Nación a que lo designara presidente. Asumió el cargo el 1° de septiembre de 1981. Un año atrás se había celebrado el Plebiscito constitucional, en el que el 57% de la ciudadanía rechazó la propuesta de crear un régimen constitucional que legitimara a la dictadura cívico-militar.
Álvarez fue acusado de hacer todo lo posible durante su gestión para obstaculizar la salida democrática, que el sector encabezado desde 1984 por el teniente general Hugo Medina (1929-1998) pretendía llevar a cabo.
El 18 de diciembre de 2007, 23 años después de haber dejado la Presidencia de facto, fue detenido por pedido de la fiscal Mirtha Guianze y orden del juez Luis Charles, acusado de torturas, asesinatos y desapariciones de personas durante la dictadura militar.
Su prisión marcó un giro esencial en la aplicación de la ley de caducidad, de acuerdo a la interpretación que de su artículo 4º hizo el presidente Tabaré Vázquez. En octubre de 2009 fue sentenciado a 25 años de prisión por homicidio muy especialmente agravado de 37 desaparecidos.
A mediados de 2015 sufrió un accidente cerebrovascular mientras estaba recluido en la Cárcel de Domingo Arena, donde permaneció tres meses.
En octubre de este año, la Fiscalía de Roma pidió que Álvarez y otros 29 exjefes de Estado y miembros de las juntas militares y los servicios de seguridad de Bolivia, Chile, Perú y Uruguay entre 1970 y 1980 fueran condenados a prisión, por la muerte de 23 ciudadanos de origen italiano dentro del llamado Plan Cóndor, una estrategia de coordinación de acciones y mutuo apoyo entre las dictaduras latinoamericanas de las décadas para perseguir, detener, interrogar, torturar, asesinar y desaparecer a personas consideradas subversivas por los regímenes.
El proceso judicial se lleva a cabo en los tribunales de la tercera sala del Fuero Penal.