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Murió el pensador y activista italiano Toni Negri, “un hombre del siglo XX”

En su biografía se encuentran las pistas imprescindibles para entender el siglo pasado desde los márgenes históricos y políticos, siempre con la lucha de clases en el centro

El Salto.com

“Yo soy un hombre del siglo XX y nuestra experiencia ha sido construir, antes y después del 68, un proyecto de vida que fuese un proyecto de vida militante, es decir, un proyecto de vida común”, decía Toni Negri en una entrevista publicada por El Salto en febrero de 2019.

En esas frases se condensa lo más sustancial de la vida de este filósofo, profesor y referencia del comunismo autónomo, que ha fallecido en París en la madrugada del 16 de diciembre de 2023 a los 90 años de edad.

Nacido en Padua (Italia) el 1 de agosto de 1933, Negri consagró su existencia a la acción política y a la investigación del marxismo y el comunismo en los márgenes del comunismo y el marxismo. Una vida marcada por la II Guerra Mundial, por la primavera autónoma italiana y el triunfo neoliberal en Europa a partir de los 70. Gran parte de su vida adulta la pasó en el epicentro de los últimos movimientos revolucionarios en Europa, en particular en el movimiento italiano de los años 60 y 70, posteriormente en el exilio en Francia y de vuelta a Italia ya a comienzos del siglo XXI.

A finales de los años 50, Negri participó en la creación y desarrollo del operaísmo, teoría y práctica políticas insertadas en el movimiento obrero italiano de entonces, aunque enfrentadas con el Partido Comunista de Italia. “Empezamos a hacer lo único que nos parecía honesto: reconstruir una relación de clase, constituir una nueva fuerza de clase”, recordaba Negri en aquella entrevista. Esa fue la gran apuesta del operaísmo, que se prolongó prácticamente veinte años, dos décadas de alta convulsión social en Italia. “Hasta que el movimiento creció tanto que los enfrentamientos eran ya con el poder. El enfrentamiento se desencadenó y el poder… El poder ganó. El operaísmo continuó tras aquella derrota, y esto es algo muy importante”, reconocía el filósofo.

Negri fue detenido preventivamente el 7 de abril de 1979, junto a muchos otros compañeros, acusado de insurrección contra el Estado. La detención se prolongó varios años. Luego los juicios, la condena, la campaña electoral para ser elegido diputado, la huida. Para Negri, la condena fue de 30 años, reducida a 17 en segunda instancia.

Exiliado en Francia, Negri prosiguió en la búsqueda de nuevos caminos para el conflicto social. Tras encontrarse con intelectuales franceses como Gilles Deleuze y Félix Guattari, y con el estadounidense Michael Hardt, Negri firmará obras de referencia en su madurez como Imperio (2000), Multitud (2005) o Asamblea (2019).

Marcado por la experiencia de la guerra desde niño —“es algo que no se olvida, es la expresión del mal absoluto”, resumía—, Negri aseguraba que en los últimos años sentía miedo al oír gritos de guerra por parte de los gobernantes neoliberales que “cuando no consiguen llevar a cabo su programa, aseveran que el desastre está al llegar”.

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