Esteban Righi, quien falleció hoy a los 80 años, era reconocido como uno de los referentes del justicialismo en el mundo jurídico y será recordado por dos hechos de fuerte contenido político, como fueron la liberación de presos políticos al asumir el gobierno de Héctor J. Cámpora en 1973, y por haber sido echado de la Procuración General en 2012 por la entonces presidenta, Cristina Kirchner, en respaldo del vicepresidente Amado Boudou.
Righi, nacido el 4 de septiembre de 1938 en Chaco, fue un abogado que logró ser un destacado jurista y que participó en la función pública como ministro del Interior durante el breve gobierno de Cámpora, con apenas 35 años, y como procurador general de la Nación desde 2004 a 2012.
Como ministro del Interior, en 1973, en el regreso del peronismo al gobierno tras décadas de proscripción, tuvo un rol preponderante en la liberación de los presos políticos el 25 de mayo de 1973, porque la promesa de Cámpora durante la campaña, de que no habría detenidos acusados por subversión, transformó a los penales en un foco de conflicto con los grupos armados como el ERP, Montoneros FAR, FAL y militantes estudiantiles que reclamaban su liberación.
En ese momento, Righi fue quien decidió, junto a Cámpora, cómo se resolvería la situación, que estuvo a punto de estallar en una revuelta en la cárcel de Villa Devoto, y firmó la amnistía, según recordó el propio ministro del Interior en artículos periodísticos al evocar ese acontecimiento.
Esa participación como figura preponderante en la liberación de los presos políticos lo marcó, y con el golpe de Estado de 1976 se debió exiliar junto a su esposa, Zulita Fellini Gandulfo, y sus tres hijos, Ezequiel, Federico y María Paula, en México, donde ejerció la docencia en la Universidad Autónoma.
Con la llegada de Néstor Kirchner al gobierno, en 2003, Righi conoció al ex presidente por medio del entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien lo acercó al kirchnerismo y nuevamente ocupó un cargo en el Estado como jefe de los fiscales.
Luego de varios años en el Gobierno, su relación con el kirchnerismo terminaría de forma abrupta y en muy malos términos, porque debió renunciar a su cargo cuando Boudou lo acusó de ser partícipe de una conspiración en el inicio del caso Ciccone, por el cual hoy el ex vicepresidente se encuentra detenido y ya condenado a casi seis años de prisión.
En una improvisada conferencia de prensa durante la semana santa de 2012, Boudou culpó al estudio jurídico de Righi por supuestas maniobras ilegales, y que le habían ofrecido contactos con los jueces federales.
Para el ex vicepresidente, ahora detenido en el penal de Ezeiza, el entonces procurador usaba al estudio de su familia para vehiculizar defensas jurídicas en casos que él podría manipular desde su cargo público.
Al no ser respaldado por Cristina Kirchner, Righi renunció a la Procuración -lo reemplazó Alejandra Gils Carbó-, y regresó a su estudio.
A partir de allí dio charlas y clases especiales, principalmente en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde fue titular de una cátedra de derecho penal desde 1983. En 2006 fue declarado profesor emérito de esa alta casa de estudios.
La trayectoria de Righi en el ámbito del derecho comenzó en la UBA, donde ingresó tras ser egresado del Liceo Militar. Se recibió de abogado y luego realizó el doctorado en Derecho Penal y Disciplinas Criminológicas.
Con el regreso de la democracia, en 1983, fue titular de la cátedra de Derecho Penal de la UBA, donde también fue director del Departamento de Postgrado (1996) y de la Comisión de Postdoctorado de la Universidad de Buenos Aires (2012).
En 2016 recibió el Premio Konex por la categoría “Derecho Administrativo, Tributario y Penal”, y además fundó y dirigió la revista “Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal”, mientras que también escribió 13 libros y numerosos ensayos que fueron publicados en varios países de Latinoamérica y de Europa.
Sus restos serán despedidos a partir de las 12 en la casa velatoria O’Higgins en el barrio porteño de Nuñez.