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Murió Horacio Guarany a los 91 años

El cantor folklórico murió este viernes a los 91 años.

El cantante popular y compositor folclórico Horacio Guarany falleció en la madrugada de este viernes en la quinta Plumas Verdes de la localidad de Luján, que había comprado en 1989. Tenía 91 años. Había nacido como Eraclio Catalín Rodríguez Cereijo en el monte santafesino y fue anotado en la localidad de la misma provincia Las Garzas. Padecía desde hace años severos problemas cardiovasculares por los que había sido internado en reiteradas ocasiones en la Fundación Favaloro.

Con 57 discos solistas editados y una extensa carrera musical, Guarany fue a lo largo de décadas una de las voces centrales del Festival Nacional de Cosquín y del folclore argentino.

Comenzó su carrera en 1957, escribió grandes temas del folklore romántico pero también fue lo que se denominó un cantor de protesta. De hecho, uno de sus temas más famosos fue «Si se calla el cantor».

El padre de Guaraní fue Jorge Rodríguez, un indígena correntino, y su madre, Feliciana Cereijo de Rodríguez, había nacido en León (España).

Su padre trabajaba como hachero de la empresa británica La Forestal cuando el 15 de mayo de 1925, cerca de Guasuncho o de Intillaco, en pleno monte del Chaco Austral, nació el antepenúltimo de 14 hermanos, Eraclio Catalín, aunque fue anotado en la cercana localidad de Las Garzas, y pasó su infancia en Alto Verde (hoy un distrito de la ciudad de Santa Fe).

Aprendió a tocar la guitarra con el maestro Santiago Aicardi. En 1943 viajó a Buenos Aires a probar suerte con la música. Vivió en una pensión y cantaba en el Barrio de la Boca, en el boliche La Rueda, ganando apenas para sobrevivir. Trabajó luego embarcado de cocinero, y también como foguista.

Obtuvo 15 Discos de Oro y una decena de Platino, y en 2005 ganó un Premio Gardel. Ya en 1985 había sido distinguido con un Konex de Platino como el mayor cantante masculino del folclore.

Tiempo atrás, su representante artístico, Rubén López, había revelado que Guarany padecía una insuficiencia cardíaca crónica. «No está para trabajar todavía, por eso tuvimos que suspender el Pescador y Jesús María y a fin de mes tiene un control en el Favaloro», dijo en aquella oportunidad.

 


De la primera orquesta al cine

Se inició con la Orquesta de Herminio Giménez, cantando música paraguaya y en idioma guaraní. En 1957 debutó en Radio Belgrano de Buenos Aires, consiguiendo que su interpretación de El mensú (de los hermanos Ramón Ayala y Vicente Cidade), se difundiera en las estaciones de radio.

En 1972, filmó su primer largometraje, Si se calla el cantor, con Olga Zubarry, sobre el triunfo de un cantante luego de malas experiencias.

En 1974, dirigido por el mismo director, Enrique Dawi, filmó La vuelta de Martín Fierro, con Onofre Lovero, un relato de la vida de José Hernández y de su obra.

 


Comunista, prohibido por la dictadura, amigo de Menem pero no menemista

Después del derrocamiento de Juan Domingo Perón en 1955, Guarany se afilió al Partido Comunista Argentino, y participaba de los actos partidarios.

Durante el mismo 1974 recibe amenazas de muerte y atentados con bombas de parte del grupo paramilitar Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Es conminado a abandonar el país en 48 horas y en diciembre decide exiliarse, primero en Venezuela, luego en México y finalmente en España.

La dictadura militar prohibió todos sus discos, además de censurar la difusión de algunas canciones como «La guerrillera» o «Coplera del carcelero», entre otras. Retornó al país en diciembre de 1978, y el 20 de enero de 1979 le colocaron una bomba en su casa porteña de la calle Manuel Ugarte. Igual, decidió permanecer en Argentina, aunque debió realizar espectáculos sólo en el interior del país.

Con el retorno de la democracia, en diciembre de 1983, volvió a los recitales y presentaciones televisivas. En 1989, apoyó la candidatura presidencial de Carlos Saúl Menem, que era su amigo personal.

 


La frase del riojano

No los voy a defraudar

Guarany se adjudicó la frase: “Carlitos, yo sé que vos no nos vas a defraudar”, y aseguró que de ahí salió el eslogan publicitario que promovió al caudillo riojano. Sin embargo, luego insistió en reiteradas ocasiones que no fue menemista ni apoyó las medidas liberales de los años noventa.

 

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