Un joven de 23 años falleció ayer en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria donde estaba internado desde la noche del 1º de diciembre pasado, cuando ingresó con un tiro en el tórax que le salió por el abdomen. Voceros del caso dijeron que un día después del ataque un efectivo del Servicio Penitenciario se presentó en la División Judiciales de la UR II y declaró ser el autor del disparo: dijo que se resistió a que dos hombres armados le robaran, mientras estaba en compañía de su esposa. Siempre según esta versión, entregó su arma reglamentaria y un revólver 38 que, alegó, se le cayó a uno de los ladrones. El muchacho fallecido había cumplido condena por robo, añadieron las fuentes.
Según dijo la madre de Maximiliano Orellano a este diario horas después de que su hijo ingresara herido al Eva Perón, el joven había salido de su casa en la noche del lunes 1º, a las 21.30, junto con un amigo. A las tres de la madrugada del martes 2, un móvil llegó a su vivienda del barrio La Cerámica para decirle que su hijo estaba preso en la seccional 10ª. Horas después, por la mañana, en esa dependencia le avisaron que su hijo en realidad había sido herido y estaba internado en el hospital de Granadero Baigorria.
Maximiliano, de 23 años y quien según su madre tenía mujer y una beba de 10 meses, recibió un tiro en el sector derecho del tórax que le salió por la parte izquierda del abdomen en Rondeau y Baigorria, alrededor de las 23 del lunes 1º. Según fuentes del caso, al ser entrevistado por los médicos que lo llevaron al hospital respondió con evasivas sobre cómo había sido herido. El muchacho, que trabajaba como albañil desde hace un año luego de cumplir una condena por robo, falleció ayer por la mañana en el mencionado hospital.
Según voceros policiales, horas después de que el joven ingresara herido al hospital, un llamado al 911 lo vinculó con un hecho ilícito, por lo que la Fiscalía de Homicidios Dolosos ordenó custodia policial. El 2 de diciembre, un efectivo penitenciario provincial de 37 años se presentó en la División Judiciales de la UR II y contó su versión del hecho: sostuvo que aquella noche estaba con su mujer en Rondeau y Baigorria y fueron abordados por dos muchachos armados que se movilizaban en una moto. Describió que uno de ellos le apuntó y le exigió su arma reglamentaria, por lo que se produjo un forcejeo que concluyó con un disparo que le dio a uno de los desconocidos. Amplió que se fue del lugar porque temía por la vida de su mujer, y que se llevó del lugar del hecho un revólver calibre 38 que, según dijo, usó Orellano durante el asalto.