“Todo esto tiene que ver con la utopía. La utopía jamás se cumple, fracasa, pero deja una renovación y la idea imperiosa de retomarla”, sostuvo en una entrevista de 2007 el escritor, poeta, periodista y militante Juan Gelman quien falleció ayer a la tarde en el Distrito Federal de México a los 83 años, según informaron fuentes allegadas a la familia.
El escritor, ganador del premio Cervantes en 2007 y autor de más de treinta libros, se encontraba internado en la capital mexicana en la que vivía hace más de 20 años y desde donde escribía una columna semanal para el matutino Página/12.
En 2007, Juan Gelman ganó el Premio Cervantes; en 1997, el Premio Nacional de Poesía en Argentina; en 2000, el premio Juan Rulfo; en 2004, el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde; y en 2005, los premios Iberoamericano Pablo Neruda y Reina Sofía de Poesía, entre muchos otros.
El poeta nació el 3 de mayo de 1930 en el barrio porteño de Villa Crespo. A los quince años comenzó a militar en la Federación Juvenil Comunista, y luego se integró a las filas del peronismo revolucionario. En 1948 comenzó a estudiar Química en la Universidad de Buenos Aires pero abandonó poco después para dedicarse plenamente a la poesía. Años más tarde, en 1955, fue uno de los fundadores del grupo de poetas El pan duro, integrado por jóvenes militantes comunistas que proponían una poesía comprometida y popular y actuaban cooperativamente para publicar y difundir sus trabajos. Al año siguiente, el grupo decidió publicar su primer libro, Violín y otras cuestiones.
Como a tantos otros jóvenes, la Revolución Cubana lo influenció en 1959 y a partir de entonces comenzó a adherir a la vía de la lucha armada en Argentina.
Posteriormente, y tras ser encarcelado en 1963 con otros jóvenes como Juan Carlos Portantiero, abandona el Partido Comunista y forma el grupo Nueva Expresión y la editorial La Rosa Blindada, que difundía libros de izquierda. En esos años se afianza en su actividad como periodista, que había desempeñado en un periódico comunista, llegando a ser el jefe de redacción de la revista Panorama, y puesto que también desempeñó en el diario La Opinión, la revista Crisis y en el diario Noticias. Esa tarea es también la que desempeñó como analista internacional durante estos últimos años en Página/12.
Juan Gelman también militó en organizaciones guerrilleras de orientación peronista-guevarista, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias y eso le valió el exilio. En esos años también sufrió la desaparición y muerte de sus hijos Nora Eva y Marcelo Ariel, junto a su nuera María Claudia Iruretagoyena. Posteriormente, gracias a su decidida acción política y al apoyo de artistas y figuras públicas, logró encontrar a su nieta en Uruguay porque había sido apropiada. En 1975, la agrupación Montoneros lo envió al exterior para hacer relaciones públicas y denunciar internacionalmente la violación de derechos humanos en la Argentina durante el gobierno de Isabel Perón, y en esa misión se encontraba cuando se produjo el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Fuera de su país vivió en distintos lugares hasta que recaló en México. Su prédica contribuyó en buena medida a que la dictadura fuera repudiada internacionalmente.
Cuando analizó su último libro Mundar, señaló que aún tenía esperanzas en la utopía por la que había luchado.
Su vida es un poema
El secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, destacó que el poeta Juan Gelman, quien falleció ayer en México, integró el grupo de los que responden “a la mejor tradición de la literatura argentina»
Además, Coscia exaltó todavía más la figura del escritor al asegurar: «Su propia vida es un poema comprometido».
“Gelman responde a la mejor tradición de la literatura argentina”, dijo el funcionario al canal de noticias CN23.
“Su obra demuestra una relación profunda entre capacidad creativa, poesía, literatura y compromiso”, opinó el secretario de Cultura minutos después de que se confirmara la muerte del poeta argentino.
Coscia preside habitualmente la ceremonia de los premios nacionales de cultura, en la cualñ Gelman fue galardonado en 1997.