La escritora sudafricana Nadine Gordimer, ganadora del premio Nobel de Literatura 1991 y una de las voces literarias más poderosas contra el apartheid, falleció a los 90 años en su casa, según aseguró su familia en un comunicado.
A lo largo de una prestigiosa carrera, la autora de obras como «La historia de mi hijo», «El conservador» o «Mundo de extraños», escribió 15 novelas y además del Nobel recibió un gran número de premios y distinciones, entre ellos, 15 doctorados honoris causa de universidades como Yale, Harvard, Columbia, Cambridge, Lovaina, en Bélgica y Ciudad del Cabo.
Fue una de las voces más poderosas contra el apartheid y defendió su compromiso “por devolver la dignidad a la población negra sudafricana”.
Cuando le entregaron el premio Nobel, el jurado destacó que «por sus magníficas obras épicas Gordimer ha aportado eminentes servicios a la humanidad».Y ella aseveró: «El hombre es el único animal con capacidad de observarse a sí mismo y que ha sido dotado de la dolorosa capacidad de haber querido siempre saber el por qué. Y esto no es sólo la gran cuestión ontológica sobre por qué estamos aquí, a través de qué religiones o filosofías buscamos la respuesta final que distintos pueblos en distintos tiempos se han formulado, sino que desde que el ser humano comenzó esa observación de sí mismo ha buscado también la explicación de los fenómenos cotidianos, como la procreación, la muerte, el cambio de las estaciones».
Nadine Gordimer, primera mujer que ganó el Nobel de Literatura en 25 años
La escritora surafricana ha sido el mejor representante del compromiso literario y cívico, y en el año 1991 ganó el premio Nobel de Literatura. Hacía 25 años que el galardón no se concedía a una mujer.
La elección fue recibida con satisfacción generalizada en el mundo literario, incluido en él los lectores que se cuentan por millones, ya que sus obras han sido traducidas a diversas lenguas, el castellano entre ellas. Sólo en Suecia, 11 de un total de las aproximadamente 20 obras que componen su producción han sido traducidas al sueco. La Academia Sueca justificó la decisión de otorgar el premio Nobel a Nadine Gordimer argumentando que se le concedía porque «por sus magníficas obras épicas la escritora ha aportado eminentes servicios a la humanidad».
