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Murió Mauro, el chico baleado en la cabeza

Mauro Nicolás Barrionuevo falleció en el Heca tras recibir un plomo en la cabeza en Pizzurno y Superí. Un joven será imputado por el crimen, mientras un adolescente mencionado en la investigación quedó a resguardo de sus padres. Un tercero, el apodado Pechocho, está prófugo

Mauro Nicolás Barrionuevo tenía apenas 15 años y vivía en barrio El Churrasco, también conocido como La Esperanza, en la zona norte de la ciudad. Este miércoles, pasadas las 22, un trío disparó contra su casa, en Pizzurno y Superí, y un plomo que le impactó en la cabeza lo dejó agonizando en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. Hasta esta tarde, cuando desde el centro de salud comunicaron su fallecimiento. Aún no está claro si él era el destinatario de los tiros.

Por el ataque, la Policía detuvo a un joven casi en flagrancia y un adolescente –que por su edad no es punible– quedó a disposición de su familia. El mayor será imputado por el crimen, cuya investigación está en manos de la Fiscalía de Homicidios. Además, los investigadores buscan a un tercero, apodado Pechocho, quien se encuentra prófugo por otro asesinato ocurrido en septiembre, a apenas unas cuadras del lugar. Un cuarto hombre, demorado poco después de la agresión y apuntado como sospechoso en un principio, recuperó la libertad: se aclaró que era un familiar de la víctima que había salido en persecución de los agresores.

Según fuentes policiales, eran poco más de las 22.30 cuando una llamado al 911 por una balacera contra una vivienda convocó a la Policía a la intersección de Pizzurno y Superí. Uno de los plomos le atravesó la cabeza de uno de los moradores: Mauro Nicolás, de 15 años, que murió en el Heca tras unas 15 horas de agonía.

Camino al lugar del hecho, en la intersección de Superí y Cavia, un móvil del Comando divisó a un grupo de jóvenes que al ver el patrullero intentó fugar. La Policía capturó a dos de ellos y se incautó de armas, una de las cuales apareció descartada en una zanja a la vera de la calle. Mientras que otro móvil hizo lo suyo con un adolescente de 15 años, quien procuró escapar y fue capturado en Herrera y Cavia. Algunos vecinos –agregaron las fuentes– intentaron entorpecer la aprehensión de los sospechosos, por lo que raudamente fueron cargados al móvil policial, con destino en la comisaría 30ª.

El ataque contra el adolescente tuvo lugar en la intersección de Pizurno y Superí.

 

La Policía secuestró tres armas en total: una pistola calibre 7.65, un viejo pistolón calibre 14 y un revólver calibre 32.

El fiscal Adrián Spelta, de la Unidad de Homicidios, ordenó que un examen dermotest a los detenidos, para buscar rastros de pólvora. En ese marco, fuentes judiciales indicaron que como sospechoso del crimen será imputado este viernes David L., de 23 años, a quien se le secuestró un arma calibre 7.65. La audiencia está programada, en principio, para este viernes.

El adolescente, S. C., de 15 años, estuvo demorado en la comisaría 30ª, quedó a cargo de la Secretaría de Niñez y luego fue restituido a sus padres, puesto que por su edad no es punible. Se trata un chico que en julio pasado fue víctima de una balacera en la esquina de Larrechea y Ávalos, episodio que esta semana tuvo un desenlace judicial en el Centro de Justicia Penal con la imputación de un hombre de 54 años por el delito de tentativa de homicidio.

Más tarde, fuentes judiciales aclararon que uno de los detenidos, Maximiliano G., de 23 años, quedó en libertad, puesto que se constató que era un familiar de la víctima que salió en persecución de los agresores. En tanto, un familiar de Mauro apuntó en sede policial el nombre de quienes dispararon.

Mientras transcurrían las detenciones, el cuerpo agonizante de Mauro era trasladado en estado gravísimo al Heca. El diagnóstico: una herida de arma de fuego con orificio de entrada y salida en la cabeza. Desde la sala de terapia intensiva, los médicos del Heca comunicaron el peor desenlace, pasadas las 14.30. En Facebook, familiares y amigos postearon fotos del chico a modo de cadena de oración, como un rezo desesperado para revertir el oscuro panorama.

Prófugo

Los investigadores sostienen que además de David L. y el adolescente que quedó a resguardo de su familia, en el auto del que partieron los disparos –según fuentes de la pesquisa un Citroën C4– estaba Alejandro Nahuel L., apodado Pechocho, sobre quien pesa un pedido de captura por el homicidio de Nicolás Cóceres, el 9 de septiembre. Por este crimen también está prófugo un tal Payo, señalan detectives. De hecho, el 25 de septiembre, los barrios Parque Casas, La Cerámica, Nuevo Alberdi y El Churrasco fueron escenario de un vasto operativo que tuvo como objetivo, entre otros, atrapar a Pechocho. La redada fue infructuosa.

 

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