Una oficial inspector de la Policía Federal que había sido baleada el domingo pasado durante un intento de robo en el partido bonaerense de Morón, en el que también fue herido su marido, un sargento de la Federal, murió hoy tras permanecer internada en un hospital.
Fuentes policiales confirmaron a Télam que se trata de Alejandra Andrada, quien falleció esta madrugada en el Hospital de Morón tras recibir un balazo en el estómago, mientras que su marido permanece internado con un balazo en el pie y otro en el hombro derecho en el Hospital Churruca, de la Capital Federal.
En tanto, el presunto asltante, un joven de 22 años, fue herido de un tiro en la cabeza y se encuentra internado en calidad de detenido y con custodia policial en un hospital de Morón.
Según las fuentes policiales, todo comenzó cerca de las 23 del domingo último cuando Andrada, su marido y sus dos hijas menores de edad llegaban a bordo de su Renault Megane a su casa de la calle Santa Catalina 1400, en la localidad bonaerense de Gervasio Pavón, partido de Morón, en el oeste del conurbano.
Se cree que el hombre guardó el auto en el garage de su casa y cuando estaba a punto de cerrar el portón de entrada fue sorprendido por el asaltante.
En esas circunstancias, el ladrón lo amenazó con un arma y le exigió la entrega del vehículo, pero aparentemente el marido de Andrada, un sargento de la policía federal que presta servicios en la comisaría 50a., se resistió, se identificó como policía y extrajo su arma reglamentaria.
Andrada hizo lo mismo y en ese instante se originó un intenso tiroteo en el que la mujer policía recibió un tiro en el estómago, su marido un balazo en el pie y otro en el hombro derechos, y el delincuente un proyectil en la cabeza.
Las hijas del matrimonio de policías resultaron ilesas, aunque los vecinos contaron que se hallaban bajo un fuerte estado de shock y nerviosismo.
Los vecinos salieron de inmediato a auxiliar a las víctimas y llamaron a la policía y a la ambulancia.
Efectivos de la comisaría 4ta. de Morón hallaron en poder del asaltante un teléfono celular marca Nextel y una pistola calibre 9 milímetros.
Un vecino contó que lo que encontró cuando salió de su casa tras escuchar el tiroteo «era un desastre: el muchacho (por el policía) tirado en el suelo y la chica detrás del coche, también tirada con un disparo. Debajo del coche había otra persona tirada toda ensangrentada (el asaltante)».
«Las dos criaturas de dos y cinco años estaban adentro del coche, llorando. Ellos venía de dar una vuelta. El muchacho había estado lavando el auto horas antes en la puerta de su casa», relató.
Los investigadores intentan ahora encontrar alguna cámara de seguridad en la zona que les permita establecer si se trató de un hecho al voleo o si los venía siguiendo.