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Murió Pedro González, mítico dirigente peronista de VGG

Protagonista ineludible de la política santafesina, fue cuatro veces intendente y su salud no lo dejó seguir como concejal.

Pedro González, histórico dirigente peronista de Villa Gobernador Gálvez, falleció este domingo por un paro cardíaco. El caudillo, que fue cuatro veces intendente, diputado nacional y por problemas de salud había renunciado cuando ocupaba una banca como concejal, tenía 70 años y había sido una figura insoslayable de la política santafesina en el último cuarto de siglo. Sus restos eran velados en el barrio Talleres de esa ciudad.

González dejó para siempre el importante espacio que ocupó en peronismo santafesino y en su ciudad natal, donde era muy querido, sobre todo por los más humildes.

El histórico dirigente asumió por primera vez como intendente en 1991, en pleno menemismo. Y fue elegido por cuatro mandatos como intendente, tres de ellos consecutivos. En 2011 asumió por última vez el sillón de la intendencia, pero tuvo que abandonar a comienzos de 2015 por problemas de salud y fue reemplazado por su yerno Diego Garavano, quien era presidente del Concejo.

González encabezó la lista de concejales del Frente para la Victoria en las últimas elecciones. Tras los comicios, asumió su banca el 10 de diciembre de 2015, pero nunca cumplió realmente sus funciones por problemas de salud y renunció en septiembre del año pasado.

Su carta de renuncia puede ser leída hoy como un balance de su gestión o como un testamento político de quien fuera el hombre fuerte de Villa Gobernador Gálvez. “Mi mente y voluntad me instan a continuar en la tarea de hacer grande esta ciudad, tal como me lo propuse en el año 1991 cuando comencé, con ínfimos y pobres recursos pero con grandes esperanzas, el tomar decisiones en pos de remover los enormes problemas que por aquellos años impedían que Villa Gobernador Gálvez y nuestra gente pudiesen tener anhelos de progreso y desarrollo. Pero, mi presente y sus dificultades, me tironean caprichosamente y no me dejan estar físicamente las horas que la responsabilidad del cargo y la atención de los nuevos desafíos demandan”, había escrito.

“Los primeros y más grandes desafíos que enfrentamos y me desvelaron hasta resolverlos exitosamente: inundaciones y falta de transporte urbano que nos conectara con las ciudades vecinas, aún estaban frescos en la memoria el caos y la disgregación social que culminaron en hechos de saqueos a negocios de la ciudad, un par de años antes de asumir mi primer mandato como intendente municipal”.

Su deseo, expresó, fue “situar a Villa Gobernador Gálvez en el lugar de privilegio que merece en el contexto provincial y nacional”, y también bregar por la unidad del Partido Justicialista que albergó sus “primeros sueños en la política” como “instrumento de cambio y progreso social”.

Y con respecto a su participación política dijo: “Siempre milité en el peronismo puesto que siempre entendí a éste como una forma de vida, una forma de promover el progreso del ser humano, y por ese sentimiento de pertenencia me esforcé para que la unidad del partido dejara de ser pura declamación y se convirtiera en realidad efectiva, tal como reza nuestra marcha insignia”.

Premonitoriamente, un mes después de su renuncia, y en una de las fechas históricas para el peronismo, el 17 de octubre de 2016, el bloque de concejales del Frente Justicialista para la Victoria presentó el proyecto para instituir el nombre de Pedro Jorge González, al Parque Regional Municipal de Villa Gobernador Gálvez  para expresar la “valoración auténtica del ser humano, sus luchas, logros y sufrimientos en pos de una mejor ciudad”.

Polémico por dos

Famoso por haberle propinado un reto al arroyo Saladillo para que dejara de inundar a los vecinos de Villa Gobernador Gálvez, la figura de Pedro González siempre estuvo teñida por un barniz polémico.

Durante su carrera política, que arrancó con fuerza en 1991 cuando ganó por primera vez la intendencia villagalvense, fue acusado hasta de tener una casa en Estados Unidos y ser vecino de Susana Giménez. “Miami Beach no es del estilo del Gordo Pedro González”, bromeó en tercera persona a un periodista del diario La Capital. Y le dijo, seco: “Desmiéntalo”.

Menemista primero, reutemista después, este “laburante de la política”, como se definía a sí mismo, comulgó también con el kirchnerismo. Y transitaba su último mandato de intendente, en 2012, cuando pronunció la frase que le valió más repudios: “A los delincuentes hay que cagarlos a puñetes día por medio y se les termina la carrera”, soltó.

En memoria

Agustín Rossi, candidato a diputado por el Frente Para la Victoria, recordó a González como un dirigente que marcó la política de Villa Gobernador Gálvez desde el 91, cuando ganó la intendencia, y en adelante ganó la mayoría de las elecciones que se presentó. “Tenía un estilo personalista particular, caudillesco, pero de mucha aceptación entre los sectores más populares de Villa Gobernador Gálvez”, dijo.

“Yo lo traté los primeros años como presidente de bloque, cuando era diputado nacional (2003-2007), siempre en una relación de muchísimo respeto. La última vez que asumió intentamos apoyar la gestión porque encontramos una ciudad complicada”, destacó. Y envió un abrazo afectuoso a su familia.

Eduardo Toniolli, concejal rosarino del Partido Justicialista, también destacó el estilo y el afecto que González despertaba en los sectores populares.

“El Gordo era una gran persona y un gran amigo”, recordó el dirigente sindical Oscar Barrionuevo, histórico titular del gremio de Obras Sanitarias. “Se nace y se comienza a morir, pero a él lo vamos a recordar como lo que fue, un hombre que le ponía corazón a lo que hacía, así como era de frontal. Varias veces lo fui a ver al cámping y me asombró lo que había hecho ahí, por su gente. Lo vamos a recordar como lo que fue: un grande”.

Su carta de despedida

Villa Gobernador Gálvez, 23 de septiembre de 2016

Sr. Presidente del Concejo Deliberante

Dr. Roberto Leiva

Por este medio, tengo el agrado de dirigirme a Ud. y por vuestro intermedio al Cuerpo Deliberante de Villa Gobernador Gálvez, a fin de notificarles mi renuncia al cargo de Concejal de la ciudad con el que he sido honrado en las pasadas elecciones y que desempeño desde entonces.

Mi mente y voluntad me instan a continuar en la tarea de hacer grande esta ciudad, tal como me lo propuse en el año 1991 cuando comencé, con ínfimos y pobres recursos pero con grandes esperanzas, él tomar decisiones en pos de remover los enormes problemas que por aquellos años impedían que Villa Gobernador Gálvez y nuestra gente pudiesen tener anhelos de progreso y desarrollo. Pero, mi presente y sus dificultades, me «tironean» caprichosamente y no me dejan estar físicamente las horas que la responsabilidad del cargo y la atención de los nuevos desafíos demandan. Cambian mis circunstancias, pero no cambian mis nobles objetivos a cumplir.

Recuerdo, mientras escribo estas líneas los primeros y más grandes desafíos que enfrentamos y me desvelaron hasta resolverlos exitosamente: Inundaciones y falta de transporte urbano que nos conectara con las ciudades vecinas. Aún estaban frescos en la memoria el caos y la disgregación social que culminaron en hechos de saqueos a negocios de la ciudad, un par de años antes de asumir mi primer mandato como Intendente Municipal. Ese era el marco social que nos precedía, al que junto al equipo de trabajo con el que siempre conté le pusimos el pecho.

La lucha por entonces emprendida, alimentada y apuntalada, como siempre he dicho y recordado, por el consejo oportuno y desinteresado de nuestros abuelos, de ninguna manera ha cesado, pues, desde otros escenarios, me encontrarán siempre extendiendo la mano y colaborando para levantar definitivamente a esta querida ciudad.

Situar a Villa Gobernador Gálvez en el lugar de privilegio que merece en el contexto provincial y nacional, y bregar por la Unidad del partido Justicialista que albergó mis primeros sueños en la política como instrumento de cambio y progreso social, son materias a las cuales seguiré aportando desde el lugar en que me encuentre.

Siempre milité en el Peronismo puesto que siempre entendí a éste como una forma de vida; una forma de promover el progreso del ser humano; y por ese sentimiento de pertenencia, me esforcé para que la unidad del Partido dejara de ser pura declamación y se convirtiera en «realidad efectiva», tal como reza nuestra marcha insignia.

Agradezco profundamente al Pueblo de Villa Gobernador Gálvez por haber confiado en mí al encargarme, en múltiples ocasiones, el alto honor de representarlo en la Intendencia, en la Cámara de Diputados de la Nación y en el Concejo Deliberante.

Sólo resta al presente mensaje, agradecer sin distinción de filiación política a todos los Ediles, con quienes disentimos o coincidimos desde el respeto; y renovar el pedido de unidad a los vecinos de esta bendita ciudad en procura de un destino de grandeza, el que sólo será posible alcanzar despojándonos de sectarismos y mezquindades.

Tranquiliza el espíritu saber que quien me sucederá en este empeño, es un compañero que ha luchado durante años, y lo sigue haciendo, por los derechos de los trabajadores; que ha ganado prestigio gracias a su coherencia de pensamiento y compromiso social. A él, compañero Jorge Stange, le entrego la posta de este apasionante desafío que debe continuar, y mis deseos de una sólida y eficaz gestión como Concejal de nuestra ciudad.

Disponga pues, Sr. Presidente, los mecanismos legales para cubrir la vacante en el Concejo Deliberante producida por mi renuncia.

Saludo a uds. y al pueblo de Villa Gobernador Gálvez, con un afectuoso abrazo.

Pedro Jorge González

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