Un bebé fallecido diez días después de haber nacido en la provincia Tucumán tenía enfermedad congénita por virus zika, se confirmó oficialmente.
Según se confirmó por análisis posteriores, el pequeño que sufrió trastornos y fallas orgánicas, además de graves malformaciones, sufridas la enfermedad transmitida por el mosquito.
El bebé había nacido a mediados de octubre y presentó microcefalia, menor desarrollo del cráneo y del cerebro, vinculada a esa enfermedad que se transmite por el mosquito del género aedes.
El director nacional de Epidemiología, Jorge San Juan, confirmó, en declaraciones periodísticas, que el pequeño, además de microcefalia, «nació con muchísimas alteraciones, trastorno en los miembros y diversas fallas orgánicas por las cuales falleció».
Los estudios que se le habían realizado a la madre habían dado negativo, pero hay que tener en cuenta que la enfermedad sólo es detectable durante seis días en sangre y diez en orina.
San Juan señaló que el del bebé fallecido «era uno de los cuatro que estaban en observación cuando Tucumán tuvo 24 casos de zika y las mamás cursaban el embarazo».
El Boletín Integrado de Vigilancia del Ministerio de Salud señala que la sospecha del caso se inició en septiembre pasado a partir del control de un embarazo de 27 semanas de gestación en el que se detectaron malformaciones fetales compatibles con síndrome congénito asociado a la infección por zika.
La mujer que cursaba el embarazo no tenía antecedente de viaje ni sintomatología de la enfermedad durante su embarazo.