Una joven de 18 años que padecía anorexia nerviosa murió en Entre Ríos tras rechazar el tratamiento médico por cuestiones religiosas, informaron fuentes policiales. Antonella falleció el viernes pasado en Rosario del Tala, a 180 kilómetros al este de la capital entrerriana.
Voceros policiales revelaron hoy que ese día recibieron una llamada telefónica en la que les informaban que la chica se encontraba descompuesta, pero cuando el médico policial llegó al domicilio de la joven, constató que Antonella estaba muerta.
Hace dos meses, mediante un oficio judicial, y a pedido del padre, la joven fue internada en el Hospital San Roque de Rosario del Tala debido a que se había agravado su estado de salud, ya que padecía anorexia nerviosa, señalaron las fuentes.
Sin embargo, la chica no pudo ser tratada porque sus familiares maternos lograron sacarla de ese instituto, luego de discusiones y agresiones contra los trabajadores del hospital, argumentando que tenían «comunicación directa con Dios», añadieron los informantes.
Algunas semanas más tarde, otro oficio obligó a internar a la chica para someterla a un tratamiento en el hospital de salud mental Luis Ellerman, pero la curación tampoco se logró porque Antonella se fugó del establecimiento con la ayuda de su madre.
Anoche, la madre de la joven, identificada como Verónica, publicó una carta en la que señaló que su hija “permaneció firme en su fe hasta el momento de su partida”.
En el escrito, la mujer recalcó que su fe «no está fundada en sabiduría de hombre sino en el poder de Dios; la ciencia de lo alto que sana, que libra al hombre y limpia el pecado en Cristo».
«Hasta el último instante de su vida teníamos la fe de que ella sería restaurada, como en otras circunstancias el Señor la había librado de esquizofrenia y trombosis. Pero la voluntad del Señor no fue la del anhelo de nuestro corazón sino que ella tenía que partir», añadió en su misiva la madre de María Antonella.
En tanto, la abuela de la chica advirtió que “no todo el mundo entiende nuestra fe” y sostuvo que “los médicos están para la gente que no cree verdaderamente en Dios, y hay que decir que hay gente que va al médico y se muere igual”.