Hacia fines del siglo XIX, el sur de la provincia de Santa Fe comenzó a repoblarse a partir de la fundación de pueblos que iba necesitando el ferrocarril en su trazado que, a su vez, permitió el impulso agrícola de la región. Peyrano, uno de ellos, nació en 1891 y paso a paso fue construyendo a las viviendas de sus pobladores como a sus edificios públicos. Tiempo después, hace cien años los peyranenses construyeron su Comuna, la que tiempo más tarde cambió de espacio, se mudó. Sin embargo, esa casa comunal no quedó en desuso porque ya se cumplieron 30 años desde que se convirtió en la sede del Museo “30 de Julio”. Este viernes 30 de septiembre, a las 19.30, el Museo de Peyrano festejará el centenario de su edificio y, por esto, sus encargados Gabriela Della Santa y Carlos Tellechea contaron a El Ciudadano acerca de esta conmemoración y sobre proyectos a futuro.
Con historia
En 1922 fue terminada una parte importante del edificio que actualmente ocupa el Museo “30 de Julio” y que había sido construido para alojar a la Comuna de Peyrano. “Su constructor fue Luis Menini, un suizo-francés –abuelo del secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, Dante Taparelli–, que había llegado a nuestro país hacia 1907 y se había dedicado a la construcción”, explicó Della Santa.
Menini, residió en el pueblo vecino Santa Teresa y fue autor de varias obras que llevaron su particular modo de edificar durante las décadas de 1910 y 1920.
“«Luis Menini, constructor de anclas de progreso» es la frase que nos expresó Taparelli y que pensamos que resume bien lo que queremos transmitir al festejar los cien años de nuestro edificio”, afirmó Tellechea.
Es posible que la crisis económica de la Primera Guerra Mundial que afectó a nuestro país y la recuperación económica de los años 20, hayan marcado la política de los gobiernos provinciales de impulsar la construcción de edificios públicos, comunas y escuelas, en el sur santafesino. Aunque también se debe atender al interés de los habitantes de los pueblos del sur de cimentar su progreso a partir de levantar ladrillo a ladrillo a sus instituciones.
Con futuro
Es un tanto paradójico porque los museos habían sido pensados para contener y mostrar objetos antiguos, pero el Museo de Peyrano es un espacio de renovación continua porque constantemente Gabriela y Carlos están armando muestras que son una ventana al pasado de los pueblos agrícolas, como Peyrano.
“En este último mes estuvimos trabajando mucho para organizar la muestra en referencia a Menini y a la construcción del edificio del Museo”, explica Tellechea mientras señala la obra de una futura sala que les permite poner en valor elementos del pasado del pueblo.
“Con apoyo de la Comuna terminamos el laboratorio y ahora estamos proyectando una nueva sala que nos va a permitir armar nuevas muestras del museo y contar con más elementos”, contó Della Santa.
En los últimos tiempos, el Museo de Peyrano ganó el reconocimiento de la región y desde otras provincias. Entre sus producciones más destacadas y que aún se pueden visitar, están la de un almacén de ramos generales y la historia de la familia D’Anna –políticos destacados del sur santafesino. Además, el Museo “30 de Julio” impulsa otras iniciativas en conjunto con la Universidad Nacional de Rosario, como los trabajos de arqueología de la que fuera la casa de tolerancia de Peyrano.
Comentarios