El Espacio Igualdad, viene desde hace años a través de su comisión de Economía elaborando, a partir de los datos de encuestas propias, el Índice de Confianza del Consumidor para la ciudad de Rosario.
El índice de confianza del consumidor permite medir las percepciones de los individuos sobre el estado de la economía del país, su situación económica personal y las expectativas a corto y mediano plazo. Asimismo recepciona la predisposición a la compra de bienes durables de menor y de mayor valor.
Este índice se elabora a partir de los resultados de una encuesta que revela la opinión de los consumidores acerca de las variables consultadas. Resulta de suma utilidad para actores públicos y privados ya que entre otros aspectos permite prever las conductas de consumo, ahorro, inversión, demanda de créditos, etc. de los ciudadanos en los próximos meses.
El presidente del Centros de Estudios Igualdad, Javier Ganem argumentó que «durante este primer trimestre, se observa una valoración fuertemente negativa de rosarinos y rosarinas. El índice arroja un valor absoluto de 34 puntos, (se calcula de 0 a 100 la máxima confianza); un nivel de confianza muy bajo, pesimista o muy pesimista. Además, el 77 % opina que la situación económica actual es peor que la de un año atrás; sólo un 4 % considera que está en una situación mejor. En el mismo sentido Ganem agregó «las expectativas son muy bajas, allá por 2019 si bien el índice era bajo, había fuertes expectativas respecto que la situación económica iba a mejorar, hoy más encuestados consideran que dentro de un año van a estar peor que en la actualidad. Claramente, la valoración es de: incertidumbre a futuro y falta de un plan económico que de certezas, sumándole como golpea la inflación y la pérdida del poder adquisitivo».
El diputado del Bloque Igualdad, Rubén Giustiniani sostuvo que: «hace una década que venimos presentando el Índice de Confianza al Consumidor realizado por el Centro de Estudios Igualdad que preside Javier Ganem; y este es el primer estudio que se hace en pandemia, y desde aquí emerge la devastación que ha provocado la pandemia sobre la economía nacional, provincial y local. Asimismo, en la economía de la familia, de los/as usuarios/as no hay perspectiva positiva presente y hay una realidad negativa en cuanto a compras, y cómo ve la gente al país y la situación económica personal y su perspectiva a futuro personal y del país.