Una familia de la zona oeste de la ciudad hace un año que prácticamente no tiene agua en su casa debido a la baja presión del servicio, aunque el hecho no la ha eximido del pago de las facturas ya que abonan montos que van desde los 540 a los 600 pesos.
Según contó Alicia Abdala, damnificada por esta situación, los reclamos que hizo fueron “más” de 15, porque a partir de ese número “dejó de contar”.
“Tenía tantos números de reclamos que en una oportunidad una de las personas que me atendió me aconsejó que no los guardara más. Cada vez que llamo, un poco más me dicen «Ah… ¡hola, Alicia!»”, dice en tono sarcástico la mujer que refiere al modo de vida que debe llevar junto a su esposo y sus hijos como “un calvario”. La falta del vital elemento hace que la familia deba bañarse en la casa de un vecino o, en muchas ocasiones, en los vestuarios de un club cercano a su casa, ubicada en la zona de Paraná y San Juan. Por supuesto, tampoco tienen agua para cocinar, lavar la ropa o higienizarse por la mañana.
De acuerdo al relato de Alicia, en enero de este año el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress) fue a verificar la presión del agua. “Los inspectores labraron un acta y dijeron que se nos iba a hacer una reducción de la factura, pero nunca pasó”, asegura.
La mujer también contó que una de las explicaciones que les dieron desde Aguas Santafesinas SA (Assa) es que “las cañerías de la calle que llevan el agua hasta mi casa datan de principios del siglo pasado y por eso el caño maestro que pasa por la vereda tiene menos diámetro que el que actualmente debería tener”.
Pero hay más porque, según contó, la última novedad que les dieron la semana pasada es que “podría tratarse de una fuga”, aunque también les dijeron que era “muy difícil de arreglar”.
“El problema es estructural y se agrava desde hace diez años”
El titular de la Oficina Municipal de Defensa al Consumidor y ex miembro del directorio del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress), Alberto Muñoz, dijo que “el problema del agua en la ciudad es estructural y que la desde hace una década la situación se ha ido agravando año a año”.
En este sentido, Muñoz aseguró que, antes, las complicaciones en el suministro eran de los vecinos de los barrios linderos a la avenida Circunvalación, pero a medida que transcurrió el tiempo el problema de presión se ha ido acercando al centro. “Insisto, es un problema estructural cuya solución definitiva va a ser cuando se construya el Acueducto Gran Rosario. En este contexto, de grave situación de agua que hace que la empresa contrate cubas –y no ya en los meses de verano sino en pleno invierno–, para llevar agua a los barrios porque no tienen. En ese contexto, la empresa pidió un aumento de tarifa”, enfatizó.
Muñoz también explicó que de acuerdo a una disposición del Enress, los usuarios que tengan un metro o menos de un metro de presión en la columna de agua, Aguas Santafesinas SA (Assa) los debe eximir del pago de la factura y que lo normal es que tengan entre siete y ocho. “La baja en los montos o la eximición total del pago es una primera medida pero después, los vecinos plantean lo que debe ser: «No queremos no pagar la factura sino lo que queremos es tener agua». Es una situación terrible”, sostuvo.
Finalmente, Muñoz insistió con que “se debe avanzar definitivamente con la planta de Granadero Baigorria y hacer el acueducto que vaya por debajo de Circunvalación. De esa manera, se va a revertir el circuito de las cañerías, porque actualmente las redes pasan por muchos barrios y por eso la presión se va cayendo”.
Problemas puntuales
Sobre las falencias en el suministro en la vivienda de la zona oeste de la ciudad, desde Aguas Santafesinas SA (Assa) señalaron que “no se trata de un problema general del barrio, sino que afecta solamente a dos de las casas que se encuentran en Paraná y la cortada Marcos Paz”. También detallaron que a una de esas viviendas se le hizo “una renovación de la conexión” en el tramo que va de la casa en cuestión hasta el caño distribuidor “para ver si mejoraba la situación”.