Hernani Natale, Télam
La devocional tonada, que en su estribillo cuenta con un coro que repite en forma de mantra los versos “Hare Krishna”, ocupó de inmediato los primeros puestos en los rankings de todo el mundo y se estableció como el primer gran impacto a gran escala de un exbeatle en carácter de solista.
Esto sucedió más allá de que la composición, en realidad, ya había visto la luz semanas atrás en la voz del tecladista Billy Preston, a quien Harrison se la había cedido en un primer momento para su disco Encouraging Words.
Además de su pegadiza tonada y el coro devocional, la canción también se caracteriza por el uso de la técnica del slide al interpretar la guitarra, primera incursión de Harrison en este sentido que se establecería como una suerte de sello personal en sus composiciones futuras.
El fenomenal suceso de «My Sweet Lord» iba a ir de la mano de las unánimes loas a All Thing Must Pass, la placa que derivó en un álbum triple cuando comenzó a acumular la gran cantidad de material escrita por Harrison para The Beatles y rechazada por sus excompañeros de banda.
Precisamente, el disco resultó una especie de dulce venganza para el guitarrista que, a modo de tardío reconocimiento, se posicionaba como el exbeatle con su mejor debut tras la conflictiva ruptura de la banda.
Curiosamente, no se trató del primer disco solista de Harrison, puesto que en 1968 había lanzado una placa con música incidental escrita como banda sonora para la película Wonderwall.
Pero el sabor a triunfo iba a durar poco para el abnegado exbeatle debido a que el compositor Ronnie Mack lo demandó por plagio, al argumentar que “My Sweet Lord” era una copia de su tema “He´s So Fine”, popularizado años atrás por el grupo vocal femenino The Chiffons.
A pesar de que Harrison afirmó que la inspiración para su canción había sido tomada del himno devocional “Oh, Happy Day”, la Justicia falló a favor de Mack al determinar que el exbeatle había cometido un “plagio inconsciente”.
Tras el pago de una multa, el famoso guitarrista británico pudo seguir cobrando sus regalías por “My Sweet Lord”, aunque el proceso dejaría sus marcas. Una semana después de la decisión judicial, Harrison escribió una canción al respecto titulada “This Song”.
Registrado en el disco Thirty Three & 1/3, de 1976, la canción fue acompañada de un videoclip que parodiaba el juicio a partir de un desfile de particulares personajes, como un juez malhumorado encarnado por el baterista Jim Keltner y la aparición de Ron Wood, guitarrista de The Rolling Stones.
Más allá de esto, “My Sweet Lord” continúa siendo hasta el día de hoy la composición más exitosa del exbeatle, fallecido en 2001. En contraposición, casi nadie recuerda “She´s So Fine”, cantada por The Chiffons.