El Ejército de Israel asesinó este jueves a un palestino en una redada lanzada en la ciudad cisjordana de Ramallah, en una operación que dejó además 14 heridos, mientras, en paralelo, la ONU denunció un «rápido deterioro» de la situación de los derechos humanos en Cisjordania y Jerusalén Este y reclamó el fin de los «homicidios ilegales» allí.
El nuevo caso de asesinato de un palestino se conoció luego de que el Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Volker Turk, alertara del «rápido deterioro» de la situación de los DDHH en Cisjordania y Jerusalén Este desde el 7 de octubre, cuando comenzó la guerra en la Franja de Gaza.
Concretamente, la ONU pidió «el fin inmediato del uso de armas y medios militares durante operaciones de seguridad, el fin de las detenciones arbitrarias y malos tratos de palestinos y la retirada de las restricciones de movimiento discriminatorias».
Destacó que desde el 7 de octubre se verificaron unos 300 homicidios de palestinos, entre ellos 79 niños, en Cisjordania y Jerusalén Este.
De esta cifra, 291 murieron a manos de las fuerzas de seguridad, mientras que ocho en ataques perpetrados por colonos, acotaron las agencias de noticias AFP y Europa Press.
«Las violaciones documentadas en este informe repiten el patrón y la naturaleza de las violaciones recogidas en el pasado, en el contexto de una larga ocupación israelí de Cisjordania», agregó Turk, quien recalcó que «sin embargo, la intensidad de la violencia y la represión es algo no visto en años».
Por ello, reclamó a Israel «pasos inmediatos, claros y efectivos» para «poner fin a la violencia de los colonos contra la población palestina», «investigar todos los incidentes de violencia por parte de colonos y fuerzas de seguridad», «garantizar una protección efectiva de las comunidades palestinas contra todo tipo de traslado forzoso» y «garantizar la capacidad de las comunidades ganaderas desplazadas por los repetidos ataques por parte de colonos armados de volver a sus hogares».
El informe recoge un «drástico aumento» de los bombardeos y las incursiones por parte de vehículos blindados y buldóceres (tractores) en campamentos de refugiados palestinos y otras zonas densamente pobladas, operaciones que se han saldado con muertos, heridos y «daños extensos» a infraestructuras.
Estas operaciones han causado 105 muertos, entre ellos 23 niños, durante el periodo investigado, incluidos 14 palestinos muertos, entre ellos seis niños, en una operación de 30 horas entre el 19 y el 20 de octubre en el campamento de refugiados de Nur Shams, en la ciudad cisjordana de Tulkarem.
Además, las fuerzas israelíes han detenido a más de 4.700 palestinos, entre ellos cerca de 40 periodistas, en Cisjordania y Jerusalén Este.
«Algunos fueron desnudados, se les vendaron los ojos y se los retuvo durante horas con las manos y las piernas atadas mientras los soldados les pisaban la cabeza y la espalda, los escupían y en algunos casos los sometían a violencia sexual y de género», afirma el informe.
En lo relativo a la violencia por parte de los colonos -en muchos casos apoyados por militares israelíes-, el documento recoge una media de seis incidentes diarios, incluidos ataques armados, quema de viviendas y vehículos y desarraigo de árboles.
En cuanto al homicidio de este jueevs, el Ministerio de Salud dependiente a la Autoridad Palestina indicó en su cuenta en Telegram que la víctima es Hazem Abdelfatá Qataui, y elevó a 313 el número de «mártires» en Cisjordania y Jerusalén Este a manos de las fuerzas israelíes desde el 7 de octubre, fecha de los ataques ejecutados contra Israel por el movimiento islamista Hamas que originaron una mortífera respuesta del Estado hebreo.
Según las informaciones recogidas por la agencia palestina de noticias WAFA, otros 14 palestinos resultaron heridos en los enfrentamientos de este jueves, entre ellos un periodista que recibió un disparo en el muslo.
Poco antes de la operación, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, había firmado una orden declarando cinco oficinas de cambio de moneda en Cisjordania como «organizaciones terroristas» por supuestamente financiar actividades de Hamas y la Yihad Islámica.
La orden de Gallant derivó en redadas lanzadas contra nueve sedes en Ramallah y otras zonas de Cisjordania que se saldaron con cerca de 20 palestinos detenidos por sospechas sobre «financiación del terrorismo», reportó el diario israelí Haaretz.