Las naftas de la petrolera Shell se venden 9,5 por ciento promedio más caras desde el primer minuto de este sábado. Así lo dispuso la licenciataria de la multinacional en el país, Raizen Argentina. La compañía trasladó a los usuarios un combo de aumentos de costos derivados de medidas oficiales: dolarización de los combustibles, impuestos específicos atados al índice de inflación y seguimiento internacional de los valores del petróleo. La marca anglo-neerlandesa dio el puntapié inicial en el nuevo aumento. Le seguirán las restantes, más temprano que tarde. Le siguió Axion, con un porcentaje similar, mientras que YPF anunció en la noche de este sábado un alza de un 4,55% en naftas y 4,89% en gasoil. Así, a modo de referencia, el precio del litro de nafta super en Capital Federal será de $40,43 y el del gasoil de $37,94 en esta firma.
Es el tercer incremento en lo que va del año de Shell, luego de una mínima rebaja de uno por ciento en la primera semana de 2019. Subió sus combustibles 2,09 promedio a comienzos de febrero y un 2,8 el primer día de marzo.
Combo inflamable
El descontrol de las variables económicas macro nacionales superó todas las previsiones. Las petroleras habían estimado a fines de febrero un incremento de naftas para el mes siguiente de entre 5 y 6 por ciento basadas en los valores esperados del dólar, el precio internacional del barril Brent –que el gobierno permitió trasladar al mercado interno– y la inflación. Todo se desmadró, y ahora las subas duplican a las esperadas por las mismas petroleras.
Los nuevos precios
El nuevo incremento hizo que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el litro de nafta V-Power pasara a costar 49.98 pesos, la super llegara a 43,36, la V-Power diésel a 47,98 y la diésel a 41,39. Los precios varían a lo largo del país.
En Rosario, la súper ya está marcada a 46,98 pesos, la V-Power a 52,56, el Diésel a 43,55 y el V-Power Diésel a 49,98.
En la ciudad de Santa Fe, la súper pasó a 46,98 pesos, la premium a 52,56, el diésel llegó a 43,19, el diésel premium se vende a 49,98 y el GNC a 20,48.
En el aumento dispuesto por Shell incide el impuesto a los combustibles, que se actualiza trimestralmente en función de la inflación del período anterior. Es una de las consecuencias de la ley de reforma tributaria sancionada en 2017. Ese componente iba a ser mayor que el finalmente aplicado, porque en función de aminorarlo, el gobierno dispuso desdoblarlo: 50 por ciento se carga en marzo y el resto en abril.