Narcóticos Anónimos cumplió a principios de enero 24 años de existencia en la ciudad. La primera reunión se hizo en uno de los salones de la iglesia de avenida Pellegrini y Presidente Roca. Allí abre sus puertas de manera ininterrumpida desde entonces para que aquellas personas que tienen problemas con drogas y transitan su proceso de recuperación puedan pasar el mensaje de que se puede tener una mejor calidad de vida.
Dos de las cuatro personas que impulsaron ese primer grupo, al que llamaron “Libertad”, aún son miembros activos de la confraternidad, y contaron a El Ciudadano cómo fue la gestación de aquel encuentro que, con el paso del tiempo, tuvo un crecimiento exponencial y fue el puntapié inicial para la apertura de los más de 12 grupos que funcionan en Rosario.
Las experiencias que contaron Walter y Sergio son similares. Los dos querían “recuperarse” y asistían a las reuniones de Alcohólicos Anónimos (confraternidad a la que llaman Doble A), pero coincidieron en que necesitaban más libertad para hablar de sus problemas. Después de algunos intentos por abrir un grupo en donde sintieran que tenían la contención que necesitaban, a fines de diciembre de 1995 hablaron con un sacerdote carmelita que entonces era párroco de la Iglesia Perpetuo Socorro.
“Fuimos con Sergio, hablamos con el cura los últimos días de diciembre. Me acuerdo de él, se llamaba Antonio, nos facilitó mucho las cosas y nos dijo: «Muchachos, ¿para qué tanto apuro? Arranquen el 2 enero», y le hicimos caso”, contó Walter, quien lleva 30 años limpio de todo tipo de drogas, incluso de alcohol. Porque en Narcóticos Anónimos, explicaron, “el alcohol también es una droga”.
Algo singular los identifica: cuando cada uno cuenta su experiencia personal sobre la apertura del primer grupo de NA hablan en primera persona del plural. Quizás tenga que ver con uno de los pilares del programa de recuperación. «Se basa principalmente en la ayuda de un adicto para con otro adicto», señalaron.
“Teníamos experiencias con otras drogas y necesitábamos un lugar en donde compartir nuestras experiencias. Íbamos a Alcohólicos Anónimos pero creo que nos quedaba chico. La motivación inicial fue esa, tener un lugar para gente que tuviera problemas con drogas”, contó Sergio, quien lleva más de 25 años y 11 meses «limpio».
Cuatro en la primera reunión
«Cuando comenzó, el grupo Libertad funcionaba tres veces por semana», recordó Sergio. A la primera reunión asistieron cuatro personas. Se sumó gente y al año siguiente el promedio era de diez personas con problemas con las drogas que iban de manera regular y las puertas se abrían de lunes a lunes. “En un momento se necesitó usar un salón que está al fondo por la cantidad de gente que venía, sobre todo en las reuniones abiertas a las que pueden ir los familiares”, contó.
Walter también recordó que antes de que existiera Narcóticos Anónimos en Rosario había empezado su recuperación en “Doble A”, pero allí el único problema era el alcohol. “Las otras cosas eran como mal vistas, molestas o cuestionadas. En esos grupos me llamaban “el cruzado”, quizás porque no entendían de qué se trataba. Pero yo necesitaba recuperarme, me acomodé y todo lo que necesitaba decir sobre la sustancia lo traducía a alcohol y no había ninguna diferencia. Así sobreviví durante casi seis años”, dijo.
Vivir el crecimiento
Cuando se le pregunta a Walter qué siente cuando a lo largo de tres décadas experimentó el crecimiento de la confraternidad, desde aquella primera reunión de cuatro personas a la actualidad en la que existen 14 grupos en Rosario que abren sus puertas de lunes a lunes en distintos puntos de la ciudad, dijo: “Nunca soñamos que iba a ser una cosa tan explosiva”.
El mensaje de Walter es que se puede vivir sin consumir y tener una mejor calidad de vida. “Si yo pude, otros también pueden. Fundamentalmente creo que la misión de Narcóticos Anónimos y el éxito de un programa de recuperación como éste reside en que establezca el compromiso en las primeras reuniones del adicto para que se haga responsable de su enfermedad. En los años que yo llevo de recuperación he visto casos de los que se puede decir que ya no hay salida y el milagro está en tomar conciencia de la enfermedad, de que no es culpable de su adicción pero sí responsable de su recuperación”. Con más de 30 años limpio, cerró la charla emocionado: “Lo mejor que me puede pasar es llegar a un grupo, que quien coordina no me conozca y me pregunte si es mi primera reunión. Eso me llena de amor, es maravilloso”.
Celebrar la vida
El próximo sábado 11 de enero el grupo Libertad festeja su cumpleaños en el salón de Pellegrini 1561. Lo hará con una cena, con invitados, oradores y familiares de personas en recuperación. La invitación es abierta a todos aquellos que quieran asistir. “A 24 años, Narcóticos Anónimos sigue celebrando la vida y festejamos que funcionen distintos grupos en la ciudad y que los adictos encuentren un lugar en donde puedan empezar su recuperación”, explicó Alberto, miembro de NA con más de ocho años limpio.
Actualmente, a las reuniones de Pellegrini y Presidente Roca asiste un promedio de 50 personas. Alberto destacó que es un mensaje de esperanza: “Pensando en que hace 24 años había un solo grupo que abría sus puertas tres veces por semana y hoy hay 14 que funcionan en distintos puntos de la ciudad, de lunes a lunes y en diferentes horarios todo el año, brinda la posibilidad de que podamos transmitirle a las personas que tienen problemas con drogas de que hay un lugar en donde se puede parar, se puede cambiar de vida y que no es necesario que sigan sufriendo a causa de esta enfermedad”.
En todo el mundo
NA se fundó en California en 1953, en el seno de una confraternidad más antigua: Alcohólicos Anónimos, tomando gran parte de sus bases para elaborar un programa de trabajo basado en el cambio integral de la forma de vida: “El programa Los 12 pasos”.
«Narcóticos Anónimos es una institución de adictos para adictos. No es un programa de autoayuda sino un grupo de ayuda mutua de personas que tienen una problemática en común y se apoyan entre sí”, explicó Alberto, que además dijo que dentro de la institución no hay profesionales, justamente por la metodología de trabajo dentro de los grupos, lo que no interfiere con alguna terapia con psicólogos o tratamientos de patologías psiquiátricas en forma individual y fuera de la confraternidad. De hecho, destacó que hay instituciones que sugieren a sus pacientes que asistan a las reuniones.
Na es una entidad libre, confidencial y gratuita que fue declarada distinguida por el Concejo Municipal en 2016 con motivo de cumplirse sus 20 años de existencia en la ciudad. En 2019, por iniciativa del diputado Carlos del Frade, la Legislatura también destacó el trabajo que realiza desde hace 24 años. Contacto: 0800-333-4720 y 0341 155795944. Sitio web: www.narosario.org.ar y www.na.org.ar.
Narcóticos Anónimos Rosario lleva el mensaje de recuperación a La Florida