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Narcóticos Anónimos Rosario lleva el mensaje de recuperación a La Florida

Cartelería fija, folletos con direcciones y horarios de las reuniones que se llevan a cabo de lunes a lunes en distintos puntos de la ciudad, calcomanías en vestuarios, sanitarios y la entrega de unos 1.200 volantes a los visitantes de la playa, forman parte del escenario que sábado por medio se instala de cara al río Paraná

Narcóticos Anónimos Rosario salió al sol. En una actividad inédita en el país para la asociación civil, montan sábado por medio un stand en el balneario La Florida como parte de un servicio cuyo objetivo primordial es uno de los más importantes que une a los miembros de la confraternidad: “transmitir el mensaje de fortaleza y esperanza para todos aquellos adictos que todavía sufren”.

Cartelería fija, folletos con direcciones y horarios de las reuniones que se convocan de lunes a lunes en distintos puntos de la ciudad, calcomanías en vestuarios, sanitarios y la entrega de unos 1.200 volantes a los visitantes a la playa, forman parte del escenario que sábado por medio se instala de cara al río Paraná durante toda la temporada de verano.

“Nunca se hizo este tipo de actividad en ninguna área de la región de la Argentina. En algún punto es como una prueba piloto. La idea es ver cómo nos recibe la población, si la información le llega de manera más directa o, por el contrario, si logramos que de forma indirecta el mensaje que pretendemos pasar llegue a la gente que tiene problemas con drogas y que no encuentra un lugar para recuperarse, dónde asistir y en dónde ocuparse de su problema”, explica a El Ciudadano Jorge, uno de los miembros.

La actividad, que se realiza de manera presencial en La Florida, contempla también cartelería fija en todo el corredor de la costa, el complejo de piletas del parque Alem y también los polideportivos municipales de la ciudad. Se trata, demás, de una acción establecida por ordenanza, con previo voto unánime del Concejo Municipal.

Las reuniones con los funcionarios de las áreas de Deporte y de la parte gerencial del corredor La Florida, entre otras reparticiones municipales, fueron fructíferas. Los miembros de NA destacaron “la buena predisposición de los funcionarios”.

La ayuda bajo el sol

Lo “inédito” de la actividad a nivel nacional, que este verano tiene su prueba piloto nada en Rosario no es azaroso, ya que en NA parten de la premisa que “la política de relaciones públicas se basa más en la atracción que en la promoción”, y que es el adicto quien tiene que “pedir ayuda”, por lo general, golpeando las puertas de las salas en donde se hacen las reuniones. Una campaña de información a cielo abierto no es habitual. Y ése es uno de los aspectos más relevantes que la distinguen como “sin precedentes” en la Argentina.

En Narcóticos Anónimos no llevan estadísticas, pero entre uno de los datos que tienen en cuenta es la cantidad de personas que asisten por primera vez a una reunión.

“En enero de este año hubo 45 recién llegados, mientras que el mismo período de 2018 el registro fue de poco más de 12. Creemos que esta actividad es un punto más que contribuyó para que le haya llegado el mensaje a la gente”, agregaron.

Otro punto que destacan es que decidieron desarrollarlo en un ámbito donde, por lo general, hay consumo de bebidas alcohólicas y pasan muchas personas que desconocen las actividades de NA.

“La respuesta de la gente es muy cordial, porque nuestra forma de acercarnos no es invasiva. Tenemos mucha cautela para que no sientan que estamos acercándoles esta información de manera personal. Cuando les entregamos los folletos con los directorios (información de los lugares donde se hacen las reuniones), en caso de que pregunten, les decimos que es por si llegaran a conocer a alguien que pueda tener algún problema con las drogas”, cuenta Jorge.

Cada jornada en La Florida, los miembros de NA entregan cerca de mil volantes con información. Insisten con que “la recepción es muy buena” y las pruebas están a la vista: prácticamente no quedan folletos tirados en la arena ni en los tachos de basura.

“Seguramente alguien lo guarda porque piensa que a algún amigo o familiar le puede llegar a ser útil”, especuló Jorge.

Una apreciación similar hizo Gonzalo, también en recuperación e integrante del subcomité de Información Pública de la confraternidad. Contó que son “contadas” las personas que se acercan a pedir información al stand, pero que cada vez que sale a caminar por la playa muchos entablan conversación con él y le piden “más detalles” sobre el funcionamiento de NA.

El único requisito para ser miembro de NA es expresar el deseo de dejar de consumir. «No solamente dejar de hacerlo sino manifestarlo, rendirse, porque si no el programa no te va a servir. Si un compañero tiene el deseo de dejar de consumir pero no puede y recae, nosotros le pedimos que siga viniendo, le agradecemos que esté y le damos un abrazo», resume Alberto, otro adicto en recuperación. Y define a la confraternidad como “una familia” en la que, si bien las experiencias y las pérdidas a causa del consumo fueron diferentes, a todos los une ese único deseo: abandonar las drogas, lo que a muchos, por años, les significó pérdidas emocionales, afectivas y materiales.

La Literatura, preciado tesoro

En Narcóticos Anónimos sostienen que la recuperación hacia una vida sin drogas debe basarse en varios ejes, entre ellos familiarizarse con la bibliografía que cada sábado se ostenta, diversa y prolijamente, sobre una mesa bajo un gazebo en la playa de la costa rosarina.

“Es la literatura oficial de NA, escrita por adictos para adictos. Hay distintos tipos de libros, todos enfocados para personas que crean que pueden tener problemas de consumo”, explica Gonzalo.

Entre los ejemplares uno se destaca entre los que se muestran: el famoso Libro Azul. “Ahí está descripto nuestro programa y también nuestras tradiciones. La mitad relata experiencias de adictos en recuperación. En mis primeros días de recuperación este libro en particular fue muy atractivo porque empecé a identificarme con gente que ni siquiera conocía y que contaba problemas que habían tenido en su vida muy parecidos a los míos”, recuerda Gonzalo

El «Sólo por hoy» es otro de los libros que pueden hojearse en La Florida. “Tiene nuestras reflexiones diarias. Muchas veces, cuando uno las lee también se siente identificado, y resulta de gran ayuda para sobrellevar el día. Es más, cuando he tenido algunos problemas puntuales he ido a buscar en algunas páginas la reflexión que me ayude a identificar ese problema”, agregó.

Lápiz y papel

El «Funciona, cómo y por qué», así como «Vivir limpios» y «La guía de 12 pasos» son otros de los libros que sirven de sostén en la recuperación para los miembros de la confraternidad. En especial este último. “La guía es la que usamos para trabajar el programa, a través de la que vamos conociendo nuestra enfermedad –porque para Narcóticos Anónimos la adicción es considerada como tal– y escribimos los doce pasos apoyándonos en la guía y es con la que buscamos una nueva forma de vivir: sacar nuestros viejos hábitos, identificarlos y encontrar otros que nos hagan bien y no autodestructivos como los que teníamos antes”, explica Gonzalo.

Sobre Narcóticos Anónimos

Narcóticos Anónimos es una entidad sin fines de lucro se fundó en 1953 en Los Angeles, California. Hoy existe en más de 140 países. Llegó a la Argentina en 1986 y diez años después a Rosario. Es una institución de adictos para adictos. Un grupo de personas que tienen como problema en común la adicción a las drogas y que se unen para transitarlo y superarlo. Es una entidad libre, confidencial y gratuita que fue declarada «distinguida» por el Concejo Municipal en 2016 con motivo de cumplirse sus 20 años de existencia en la ciudad. Contacto: 0800-333-4720. Sitio web: www.na.org.ar.

El grupo Libertad fue el primero en fundarse en Rosario, cumplió 23 años en diciembre pasado. Abre sus puertas de lunes a sábado en Pellegrini 1561. Para entrar hay que tocar dos timbres y alguien, seguramente, recibirá a ese recién llegado con afecto y calidez.

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