El sacrificio valió la pena. Natalia Ríos y el Blue Lizard superaron a Costa Masnaga en un atractivo ida y vuelta de la Serie B italiana para concretar el ascenso a la A2, terreno cada vez más cercano a la elite europea. Fue un éxito esperado tras el 77 iguales de la ida y que se hizo realidad con un 85 a 70 que no dejó dudas. El plus para la rosarina es la alegría de haber demostrado su jerarquía a nivel internacional en una temporada que fue especial. No es poca cosa para esta experimentada que cortó la red en Nápoles e hizo feliz a Capri con una nueva demostración de vigencia en su juego.
“Para el equipo este ascenso es un trabajo de dos años. En la temporada pasada no se dio por la pandemia que obligó a suspender todo. Y este año fue difícil, hicimos la pretemporada durante mes y cuando íbamos a entrar en ritmo llegó la suspensión otra vez. Estuvimos entrenando cinco meses en casa, manteniéndonos de la mejor manera, y cuando volvimos tuvimos que mudarnos a Nápoles porque nuestra cancha fue designada por la Comuna de Capri como centro de vacunación anti covid 19”, explica algunas de las vicisitudes la perimetral rosarina.
Pero hay más, sólo hay que escuchar: “Algunas viajaban desde la isla para entrenar y jugar, mientras que otras estábamos en Nápoles. Y se daba que entrenábamos en una cancha y jugábamos en otra. Pasaron millones de cosas”.
“La sensación más linda es que después de tanto esfuerzo este equipo se mantuvo unido, adaptándonos a todos estos inconvenientes. Fue un merecidísimo premio que supimos cosechar con buenísimos principios de un grupo humano impecable”, resumió.
El tiempo pasa, pero a Nati no se le nota. A los 40 se mantiene intacta y sumando vivencias notables: “Para mí es algo increíble vivir estos momentos con el básquet. Encontrarme en un club, cómoda y plena, en el que puedo ser yo al 100% y puedo expresar mi juego y mi experiencia con tanta libertad. Siento que más allá de la presión por lograr este ascenso la intención principal en la que me enfoco es la de disfrutar de estos últimos años. Soy feliz dentro una cancha y es esto lo que me apasiona”.
Natalia, de extensa trayectoria en el básquet internacional y nacional, supo vestir con orgullo la camiseta argentina durante varios años, pero recuerda con mucho cariño al seleccionado santafesino, con lo que disputó varios Argentinos: “Con la camiseta de Santa Fe viví muchos torneos hermosos. La motivación de estar representando a tu provincia con amigas y compañeras de toda la vida del básquet es única, nunca dudé en estar cada vez que me han convocado, no dudaría ni siquiera ahora, aunque sé que es justo dar lugar a las generaciones que vienen”.
“Uno de los torneos más lindos fue cuando jugamos en Salta y llegamos a la final contra Mendoza, teníamos un equipazo y estuvimos ahí nomás de ser campeonas. Hermoso grupo de jugadoras”, cerró Natalia Ríos, que sigue de festejo.