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«Naturaleza rota», un compendio de momentos hilvanados con ternura

El actor y clown rosarino José Guirado habla de su recorrido y adelanta detalles del espectáculo que el primer viernes del año inaugurará el ciclo municipal que se desarrollará en La Comedia, de Mitre y Ricardone, los viernes y sábados de enero y febrero, con entrada populares

José Guirado es un actor y clown rosarino de 37 años que hace un tiempo dejó Europa, un continente que le permitió en la última década un gran crecimiento artístico, para estar en el lugar al que siente como propio. “Me instalé nuevamente acá porque es el lugar al que siento que pertenezco. La experiencia de vivir y trabajar en Europa ha sido maravillosa, me ha dado muchísimo, pero nunca alcancé a tener la sensación de pertenencia con el espacio y con la cultura; más allá de eso se me abrieron muchas puertas, tengo muchísimos amigos y hasta abrí una sala que aún continúa. Vuelvo siempre y voy a seguir volviendo, pero éste es mi lugar”, sostiene el creador que en pocos días desembarcará en el Teatro Municipal La Comedia con Naturaleza rota, el espectáculo que abre el ciclo Un verano fresquito 2019.

Al calor se lo mitiga con humor

“Me llevó tiempo, unos doce años, pero logré definir que quiero vivir y estar acá; de eso ya no tengo dudas: mi lugar es éste, con los míos, codo a codo con mis amigos y mi familia”, dijo el actor que en paralelo a su trabajo habitual se desempeña como gestor cultural en Pueblo Esther, el lugar que eligió para vivir y donde por estos días construye lo que será su casa-teatro.

En Naturaleza rota, los despojos de las vidas de otros, los momentos de una naturaleza viva pero quebrada; esos objetos que desde el hastío y el abandono siempre tienen algo más para contar acerca de los vínculos son los que aparecen resignificados. Se trata de un material con destino de clásico urdido por José, actor y clown de inusual presencia escénica y sensibilidad, que el primer viernes del año inaugura la sexta edición del ciclo municipal Un verano fresquito, una de las alternativas para aquellos que, por elección o resignación van a veranear en Rosario.

“Este es un espectáculo que tiene mucho que ver con los viajes, con los recorridos, con los hallazgos; es una obra que fue producida en Extremadura, España, junto a la compañía el Suroeste Teatro, y es un trabajo que surgió en un momento de mi vida en el que me había instalado en Europa y estaba fascinado con la cantidad de materiales en desuso con los que me encontraba cotidianamente en cada esquina”, adelantó José Guirado a El Ciudadano acerca del proceso creativo de Naturaleza rota, un trabajo que parte del clown pero luego toma una serie de atajos que juegan otras particularidades que lo corren de lo más tradicional y que contó con la dirección de Gustavo Guirado, su padre, uno de los mayores referentes de la escena local.

A través de este material, el creador de la compañía Tuto Tul desanda o inventa un mundo en base a pedazos, retazos y desperdicios rescatados del olvido, “de rincones perdidos o despreciados por la sociedad de consumo”, sostiene Guirado, quien estrenó Naturaleza rota en agosto de 2012 en Madrid y unos meses más tarde tuvo su estreno local para luego recorrer escenarios y festivales del país y del mundo.

Génesis y recorrido

“Por aquellos años –rememoró José– me había hecho amigo de un personaje de ahí, de Badajoz, El Pirulo, o El Novio de la Muerte como él se hacía llamar, que andaba siempre recolectando cosas y me las traía y me decía: «Esto te puede servir para el teatro». Y por lo general tenía razón, porque me traía cosas realmente fascinantes. Gran parte de la escenografía y los objetos de este espectáculo son cosas que llegaron a mí de la mano del Pirulo, que luego fueron transformadas y recicladas para la obra”.

Más allá del humor que encierra el material, hay también una especie de nostalgia oculta en el relato que indefectiblemente conecta con la niñez y esa particular manera de transformar lo cotidiano en motivo de juego.

“Este es un espectáculo que desde el inicio me conecta con las horas de la siesta donde yo jugaba en la pieza con mi hermana Agustina a crear millones de mundos posibles para nosotros, donde la cama se transformaba en un barco, las sábanas eran las velas, y donde todos los objetos que teníamos al alcance de la mano se transformaban en esos mundos posibles de la mano de dos niños”, rememoró el actor acerca de los recorridos que habita el proceso creativo de Naturaleza rota y de una infancia muy cercana al arte, también junto a su madre, la actriz y cantante Alejandra Zambrini.

Y completó: “También lo singulariza el hecho de haber trabajo con Gustavo, mi padre, desde la dirección. En ese proceso el me traía a la memoria montones de frases mías de aquellos tiempos, gestos que tenía de niño que él me ayudó a recuperar y que hoy están dentro de la obra. Ese recorrido lo volvió todo muy mágico; fue un trabajo de mucho disfrute y al mismo tiempo un gran desafío entre padre e hijo”.

El clown, ese ser que vive en una especie de mundo paralelo al real del actor, es el que desafía los límites y empuja los bordes para crear otro mundo que muchas veces termina siendo un refugio para el artista. “En definitiva es el teatro el que nos termina salvando a todos los que lo hacemos; el arte en general se vuelve una salvación en estos tiempos, y particularmente esta obra, porque nos acerca a los ciclos naturales de la vida. Hacerla es poder disfrutar de un gesto, de un detalle para poder habitar el presente plenamente; esta obra y el teatro en general son un pliegue que nos permite habitar otro espacio, disfrutar de la belleza de las cosas sencillas. Y eso que es parte de la cotidianeidad de los espectáculos uno trata luego de trasladarlo a la vida. Sobre todo en este momento tan complicado para nuestro país y para nuestra cultura, el teatro nos permite mantener fresca la capacidad de sorprendernos”.

Humor y emoción

Naturaleza rota, más allá de los trece años de recorrido que tiene en su haber, es un material de una gran vigencia, porque plantea con humor dificultades de la sociedad contemporánea que en este tiempo se volvieron más visibles, como la problemática de la identidad, la pérdida de las referencias sociales e históricas y la confusión como dilema cotidiano.

En la obra, un compendio de momentos hilvanados con ternura y hasta cierta nostalgia propia de la infancia es lo que prevalece en Naturaleza rota. Partiendo de la idea o concepto de que la confusión es una de las materias fundantes de los vínculos en los tiempos que corren, un clown intenta reconstruir su entorno y su relación con los seres que lo rodean, una serie de objetos inertes (en su mayoría, muñecas y maniquíes de distintas escalas) que, merced al colorido abanico de recursos con los que cuenta el artista, cobran vida en escena y hasta desafían las normas impuestas por la naturaleza, “rompiendo” con aquello que se corresponde con la tradición.

De este modo, y a través de una reflexión poética que hace pie en el humor, problemáticas ligadas con los vínculos, la búsqueda del amor y la relación con el ser amado aparecen entre los temas más relevantes de este espectáculo, un acto de pocas palabras y de comprensión universal con el que la dupla que integran padre e hijo entabla una infrecuente conexión con la platea.

Para agendar 

Naturaleza rota abrirá el ciclo municipal Un verano fresquito el viernes 4 de enero, a las 21.30, en La Comedia, de Mitre y Ricardone, donde seguirá en cartel los restantes viernes del mes (11, 18 y 25) con entradas populares

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