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Naturalezas y géneros: las dinámicas sociales en clave feminista y ambiental

Un programa de estudios interseccionales con base en la Universidad de San Martín indaga en el vínculo entre los sujetos y las naturalezas desde una perspectiva de género, con investigaciones que van desde el cannabis medicinal, hasta la transición agroecológica


“La forma en que nos vinculamos con la naturaleza está mediada por las relaciones de género”, explica Mariana Palumbo, doctora en sociología, para sintetizar el espíritu del Programa de Estudios Interseccionales entre Naturalezas y Género que se desarrolla en la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios de la Universidad Nacional de San Martín y que nuclea una serie de trabajos en donde se entrecruzan ambas miradas. “Nos preguntamos acerca de las dinámicas de género y las maneras en que, en diferentes sociedades y épocas históricas, han sido concebidas las naturalezas”, agrega Johana Kunin, doctora en antropología e integrante del equipo junto con la socióloga Andrea Sosa.

La iniciativa busca convertirse en una plataforma de investigación e intercambio abierto a la comunidad, con formato virtual y presencial. “La idea del programa es que sea un título amplio como para poder involucrar y romper con la idea dicotómica de cultura y naturaleza”, abunda Palumbo y remarca: “Las naturalezas interactúan e intervienen en red con los sujetos, pero los sujetos están generizados”. Los temas de estudio van desde las transiciones agroecológicas, la utilización de semillas y pesticidas, hasta el cultivo de cannabis con fines medicinales.

Por caso, Mariana utiliza el ejemplo de las quemas en los humedales del Delta del Paraná, que afectaron severamente a la ciudad de Rosario entre 2020 y 2022: “A mí me parece interesante pensar la relación con la tecnología. No sólo la tecnología cambiando la semilla, sino, por ejemplo, quemando los campos allá en Rosario. Tuvieron que usar máscaras, eso seguramente enfermó a los chicos por el tema de la contaminación y ¿quién los termina cuidando? Seguramente son mujeres. Entonces ahí todo el tiempo hay una intervención entre naturaleza y género”.

En esta línea, sostiene que “debemos pensar a las naturalezas de forma integrada, dentro de nuestra sociabilidad, no sólo como un entorno, sino en relación con nosotros”. También acude al ejemplo de la pandemia de Covid 19: “Allí vimos a la naturaleza interviniendo, cambiando las dinámicas y permitiendo otras. Hicimos un trabajo sobre sociabilidad gay en épocas de Covid y pudimos ver cómo se generaron protocolos de acción. Por ejemplo, conocías a alguien por Grindr (app de citas) y después del encuentro no te veías con tu mamá durante una semana por las dudas”.

En su rol como investigadora, Mariana indagó en la experiencia de la organización Mamá Cultiva: “Pude ver cómo se relacionan con las plantas, qué vinculaciones afectivas se generan, la planta como fuente de placer en tanto les permite otra forma de cuidado, incluso la propia administración del aceite les posibilita estar más relajadas, porque no sólo son cuidadoras, después tienen que salir y hacer frente al mercado de trabajo y enfrentar al sistema médico hegemónico”, comenta. El acento, destaca, está puesto en la intervención de una mujer sobre la naturaleza cultivando algo considerado “ilegal” en pos del cuidado de sus hijes.

En tanto, la doctora Kunin ejemplifica la mirada interseccional del programa hablando sobre las protestas en la provincia de Jujuy, en donde se pusieron en evidencia las relaciones de género en cuanto a la visibilización del conflicto: “Han sido muchas portavoces mujeres las que salieron de manera muy elocuente a contar lo que estaba sucediendo. No fueron las únicas, pero nos parece interesante pensar lo que está pasando ahí. No porque haya un desprecio de la vida por parte de los varones, sino porque debemos pensar qué es lo que ellos no están autorizados a expresar”, sostiene.

Sin embargo, Johana aclara que no hay nada natural en este tipo de dinámicas de género: “No es que nacemos con una biología particular, una identidad de género y eso necesariamente por una cosa medio genética o biológica nos va a llevar a tener cierta actitud con respecto a lo ambiental. Esto tiene que ver con las estructuras en las que hemos sido criados, socializados. El primer paso para nosotras que estamos divulgando esto es hacerle entender a la gente que no hay nada natural ni en defender la naturaleza, ni en destruirla, sino que tiene que ver con procesos históricos”.

Por su parte, la doctora Andrea Sosa, investigadora en temas vinculados a la transición agroecológica señala que “hay discusiones que parece que no tienen género”, pero que esa mirada se revierte frente al trabajo de campo: “Yo no parto de las teorías feministas en principio, pero cuando me puse a investigar transiciones agroecológicas me empecé a dar cuenta que era una cuestión fundamental”. Dice también que desde la perspectiva del desarrollo rural sustentable “lo que está siempre en primer plano es la salud del suelo, y después está la cuestión de la igualdad de género”.

Sin embargo, comenta que en ciertas investigaciones que incorporan esta mirada se valora positivamente el triple trabajo que desarrollan las mujeres en esos contextos: “Es un poco controvertido porque implica que esas mujeres no solo están trabajando en el campo, también se ocupan de la comercialización de esa producción, porque los canales de producción agroecológica no están lo suficientemente desarrollados como para que en todos los casos se pueda tercerizar, y también se encargan de los cuidados, de la reproducción de la vida, entonces eso es un poco lo que empezamos a ver”.

Sobre la transición agroecológica como fenómeno global, Andrea explica que vamos hacia un modelo más sustentable, pero que la pregunta es quién va a llevar adelante este proceso: “Tenemos la oportunidad que este direccionamiento no sea llevado adelante sólo por corporaciones lejanas a la gente que produce los alimentos y los consume. Hay muchas organizaciones sociales, de productores, que tienen bastante para decir al respecto, y una de las cosas que se dicen es: en eso de hacer algo más sustentable, no tiene por qué recaer todo sobre los hombros de las mujeres que van a tener que trabajar más la tierra”.

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